Visiones oníricas
La naturaleza en bruto se encuentra con la fragilidad y belleza del cuerpo humano en las fotografías que van más allá de la imaginación de Trini Schultz, esto invita al espectador a sumergirnos en ambientes extraños e inesperados llenos de sombras dramáticas y detalles surrealistas. A través de su estilo personal, Schultz inventa obras imaginativas que están libres de las limitaciones de la realidad, estas composiciones producen una armonía entre el mundo que conocemos y los mundos apasionantes que Schultz todavía tiene que soñar.
Trini Schultz nacida en Perú y afincada en el Condado de Orange (California), creció viendo a su abuelo pintar, con lo que nació en ella el aprecio e interés por el arte. Con el apoyo de su familia y amigos dibujó y pintó con entusiasmo desde una edad temprana. La fotografía la intrigaba, pero no fue hasta que su padre le compró su primera cámara a la edad de 16 años, una Pentax K1000, cuando su pasión por la fotografía comenzó. Con la llegada y evolución de la cámara y la imagen digital el tradicional cuarto oscuro empezó a ser menos necesario y se lanzó a aprender las nuevas técnicas digitales.
El cautivador trabajo de Schultz está compuesto por mundos imaginarios e idealizados, cargados de misterios que parecen nutrirse de viejas leyendas de fantasía detenidas en el tiempo. En cada obra, nada es exactamente lo que parece, ya que digitalmente se mezclan elementos de varias fotografías en historias atractivas llenas de misterio, encanto y melancolía. Hay un atractivo encanto sobre las fotos que son intrigantes y cautivadoras. Con la ayuda de su familia, que a menudo sirven como modelos, Schultz es capaz de traer sus visiones oníricas a nuestra mundana realidad.
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