Sueños exuberantes
La ilustración digital es aprovechada por muchos artistas para expresar toda su creatividad, ya que la tapa de un libro o de un trabajo discográfico debe reflejar el contenido de una historia entera o procesos conceptuales muy complejos. En esta faceta destaca la artista colombiana Marcela Bolivar, un ejemplo de talento, dedicación y sobre todo creatividad.
Sus trabajos tienen un tinte onírico, como de sueño y fantasía, pero con detalles perfectamente acabados, con los cuales logra que seas parte dentro de sus complejos mundos. Sus imágenes llenas de símbolos personales y detalles minuciosos son reflejos de una vida humana que deambula entre los acontecimientos ordinarios y un mundo subconsciente donde la naturaleza y los cuerpos hablan a través de disfraces complejos.
Criada en un ambiente de vegetación exuberante rodeado por montañas, la presencia de tan marcados elementos naturales ha influido en el color saturado y barroquismo de sus imágenes. Desde pequeña le gustó el trajín de la composición: juguetear con distintos elementos gráficos y fotografías. Tuvo su primera cámara digital cuando era una adolescente, desde ese momento comenzó a interesarse por la fotografía y años más tarde decidió dedicarse a ello. Marcela, pasó toda su adolescencia dibujando y por esta razón decidió unir sus dibujos, con las fotografías que tomaba de objetos y de lugares que le interesaban e inspiraban.
Aunque nunca ha tenido referentes de artistas actuales, una de sus inspiraciones ha sido la técnica de pintura claroscuro, que consiste en destacar elementos desde un juego de luces, iluminación y volumen. "Me encantan las atmósferas que transmiten esas pinturas, eso me dio un empujón hacia lo que quería seguir haciendo con mi forma particular de ver el dibujo y la fotografía".
Marcela asegura que sus fotoilustraciones surgieron de ir entrelazando gustos que descubrió con el paso del tiempo y que fue incorporando a sus habilidades durante el colegio y su paso por el Instituto Bellas Artes, en Cali, donde estudió Diseño Gráfico. Sin embargo, nunca se ha considerado diseñadora gráfica, siempre ha sido una ilustradora que mira a través de la fotografía, "En medio del estudio me gustaba hacer otras cosas que no tenían nada que ver con el diseño: dibujaba y hacía bocetos de personajes que se me aparecían en la cabeza", dice Marcela.
Antes de ponerse a pintar, suele pensar en historias muy visuales y va congelando momentos de forma original. La oscuridad, es un tema al que recurre mucho, para poder crear sueños, pesadillas, fobias, alucinaciones, emociones descontroladas. Sus imágenes, son una colección de recuerdos y símbolos personales que giran en torno a la naturaleza, a través de disfraces complejos. Son el reflejo de una vida humana, que deambula entre los acontecimientos ordinarios y un mundo subconsciente donde la naturaleza, y los cuerpos hablan gracias a estos complejos disfraces.
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