28 de julio de 2017

Odio entre hermanos

(House of Strangers) 1949 Director: Joseph L. Mankiewicz Reparto: Edward G. Robinson, Susan Hayward, Richard Conte, Luther Adler, Paul Valentine, Efrem Zimbalist Jr. Debra Paget, Hope Emerson. Guión: Philip Yordan (Novela: Jerome Weidman) Fotografía: Milton Krasner.
Entre finales de los 40 y principio de 50, Joseph L. Mankiewicz reino con todo el derecho en Hollywood; fue nominado en 28 ocaciones y obtuvo 10 Óscars, con titulos como; "Carta a tres esposas" (1949): 2 Oscars: mejor director y mejor guión, además de 3 nominaciones; la grandiosa "Eva al desnudo" (1950): 6 Oscar, incluyendo mejor película, director y guión original, más 14 nominaciones y por si eso fuese poco, ese mismo año el maestro Mankiewicz también fue nominado al mejor guión en "Un rayo de luz", sin olvidarnos de titulos que se vieron nominado o premiados como; "El fantasma y la señora Muir" (1947), "Operación Cicerón" (1952), "Julio César" (1953) o "La condesa descalza" (1954). Todo un logro en su brillante carrera que curiosamente está "manchada" con una de las típicas injusticias de la Academia, no haberle nominado por su labor en "Odio entre hermanos" (1949), magistral obra que suele quedar injustamente en un segundo plano cuando se habla de la obra de Mankiewicz, pero que poco o nada tiene que envidiar al film protagonziado por Bette Davis y sí es superior a los otros films citados. Con un excelente guión del gran Philip Yordan (el escritor de films tan apasionantes como "Johnny Guitar" (1954) de Nicholas Ray, "Agente especial" (1955) de Joseph H. Lewis, o "El hombre de Laramie" (1955) y ayudado por el propio Mankiewicz, el director y guionista nos presenta su negrísima visión de la institución familiar, en una historia de deseo y amor (por este orden) compleja y estimulante.
Con una solida realización y unos brillantisimos diálogos (marca de fabrica del director) "Odio entre hermanos" nos hace conocer a Max (Richard Conte). Nos enteramos que acaba de salir de la cárcel. Que lleva siete años encerrado… Y que siente un especial resentimiento contra sus tres hermanos. Se nos va dosificando la información. Su padre (el gran Edward G. Robinson) ausente y omnipresente en varios retratos, era dueño de un banco que ahora regentan los tres hermanos. Max llega exigiendo a sus hermanos el tiempo perdido. Y se percibe desde el principio una tensión insoportable. También descubrimos a Irene (Susan Hayward), una mujer ajena a la familia que ama a Max y le ha esperado. Una mujer que trata de que Max expulse todo el odio que tiene acumulado en su interior y a escapar de la influencia tan destructiva del padre.
Con una prodigiosa escena Mankiewicz nos introduce en un flashback para sumergirnos en un drama familiar con aires de cine negro y gotas de melodrama donde la personalidad arrolladora del padre, un italoamericano que se ha hecho a sí mismo, influye de manera nefasta en sus cuatro hijos. El realizador, que decía que Ernst Lubitsch le enseñó todo lo que no hay que hacer en una película, lo contextualiza en un drama familiar con resonancias Shakesperianas y bíblicas. Diálogos afilados, acerados, dañinos como armas arrojadizas son disparados por unos actores en verdadero estado de gracia, en especial la arrolladora interpretación de Edward G. Robinson. Con una controlada intensidad el actor logra que su Gino Maretti sea adorable y odioso al mismo tiempo.
"Odio entre hermanos" nos permite disfrutar de todos los matices interpretativos de un Edward G. Robinson espectacular, muy bien acompañado por la contención de Richard Conte. El personaje de Conte tiene unos diálogos para enmarcar con Irene (una de las reinas del melodrama, Susan Hayward), la mujer que ama. Los secundarios para quitarse el sombrero como la enorme Hope Emerson, una jovencísima Debra Paget o una mamma italiana sufridora con el rostro de Esther Minciotti... Es tan poderoso el personaje de Gino que Mankiewicz se encarga de hacerlo si cabe más presente cuando aquel ya está muerto, y lo consigue con la presencia de un retrato de Gino que parece tener vida propia única y exclusivamente por el encuadre en el plano. Tanto en el prólogo como en el epílogo, y sobre todo en la secuencia del velatorio, Gino parece estar hablando. La fotografía, en magnífico blanco y negro, obra de Milton Krasner, acentúa la tensión de dichos instantes y oscurece el relato.
No sobra ni una secuencia, ni un plano, todo lo que nos muestran contiene información ya sea para el devenir de la trama o para perfilar los personajes o en la mayoría de los casos, para ambas... hay ritmo, la verdad es que con películas así no sé muy bien que destacar porque todo tiene tal nivel que cualquier detalle es digno de mención. "Odio entre hermanos" es una obra cinematográfica más olvidada que otras entre la filmografía de Mankiewicz. Y es una buena sorpresa recuperarla. Aunque sólo sea para disfrutar cómo se emplea (y cómo se plasma) de manera magistral un flashback.

Karol Bak


La serena belleza de los elementos


Pintor, ilustrador y diseñador gráfico Karol Bak (Kolo, Polonia – 1961) eleva la feminidad al máximo exponente, en su obra encontramos exclusivamente mujeres a las que dota de rasgos delicados, sensuales, casi las convierte en diosas, pero no se queda ahí, pretende al mismo tiempo revelar sus más profundos sentimientos.

El autor convierte a sus protagonistas en puro misterio, miradas en las que lo mismo se puede leer provocación que serenidad, apatía que anhelo; miradas que revelan que en el interior hay mucho más de lo que se muestra a simple vista. En su obra encontramos una mujer dulce, que no débil, féminas con distintos registros en las que cabe por igual ser angelical que demoníaca. Karol Bak pone a su servicio todo su ingenio y creatividad en una suerte de enaltecimiento, en el que belleza y fantasía componen una imagen idílica de la mujer haciendo que aparezcan como seres mitológicos, casi sobrenaturales, poco acordes con la realidad.
                             

Tras una temporada dedicándose a la escultura de cobre, en la segunda mitad de la década de 1990, comenzó a pintar al óleo sobre lienzo de forma profesional. En sus imágenes retrata a mujeres con una gran feminidad, dotándolas de unos rasgos muy dulces, suaves, delicados y sensuales, convirtiéndolas en ángeles, seres futuristas de otros tiempos, diosas... todo ello sin perder en ningún momento, un ápice de esa feminidad envuelta en misterio.
           

A Karol le agrada crear lienzos realistas que se inspiran en los antiguos mitos, pero no pierde oportunidad de crear gráficos y dibujos en lápiz de gran impacto dramático casi como una oposición a la belleza que plasma en unos óleos que trasmiten una  cautivadora y sensual belleza erótica muy personal. Karol no solo nos muestra la parte física de la mujer, sino también la parte espiritual. Hay una belleza diferente en su pintura, resalta no sólo lo físico sino que va por el camino mítico al  encuentro de la faceta espiritual y emocional femenina. Sus imágenes van encerradas generalmente en un círculo que destacan la cabeza,  pero que no dejan de reflejar una integración plena con el resto. La mirada, la postura, la actitud de cada mujer, está en la impronta que deja este artista en cada una de sus obras.
Para ver su interesante obra, podéis visitar su pagina web: http://www.karolbak.com/















25 de julio de 2017

Gueorgui Pinkhassov

Entre el color y la sombra

"Una vez traté de calmar un fotógrafo que estaba furioso después de haber sido rechazado por Magnum. "Pero mira mis fotos", dijo. "Son como Cartier-Bresson." -Sí- dije ... "A veces ni siquiera se puede distinguir quién es quién. Pero hay una diferencia: Cartier-Bresson no se parece a nadie, y tú te pareces a él."
El que así habla es Gueorgui Pinkhassov, un fotógrafo de origen ruso pero nacionalizado francés que convierte color es un componente esencial, usado deliberadamente para crear un efecto orquestal donde los colores y sombras componen un todo. Sus imágenes sugieren más que muestran y hace destacar más detalles que están en lo cotidiano pero capturados con una enorme delicadeza, armonía y lirismo. Resultando escenas con una atmósfera casi palpable.
Pinkhassov es un destacado miembro de la Agencia Magnum. Sus fotografías se caracterizan por un extraordinario dominio del color, con imágenes de un marcado estilo propio, con composiciones arriesgadas. Es considerado un maestro de la forma, el ritmo y del color. Pinkhassov no parece estar interesado en los sujetos o en el espacio, su fotografía se aleja, en cierto modo, del más clásico documentalismo que algunos de sus compañeros de Magnum destacan. Su interés se centra en su propia visión de la fotografía.
Desde niño se interesó por la fotografía y el cine, y estudió en el Instituto Superior de Cinematografía de Moscú, pasando luego a ser fotógrafo de plató en los estudios Mofilm. El 1978 el realizador Andrei Tarkovski le contrató como fotógrafo para su film Stalker. Pinkhassov había alcanzado ya por entonces la categoría de artista independiente, pero din duda su experiencia con el cineasta le consolidó y le influyó en gran medida. En sus comienzo Pinkhassov no quería fotografiar la calle, prefería no inmiscuirse en las vidas ajenas. Pero el destino le ayudó a cambiar esa manía suya: un día le regalaron una cámara Zorki, la versión rusa de Leica, equipada con un gran angular Russar de 20mm. Podía hacer fotos desde la cintura sin tener que enfocar… Pinkhassov comenzó a demostrar entonces que su trabajo sería plenamente artístico, incluso abstracto. Iniciando así una investigación a través de la luz y el color. Su uso del encuadre, la luz, las capas, etc, harían de éstas grandes fotos en blanco y negro, pero es con su uso del color lo que las pone en otro nivel.
"El poder de nuestra musa se encuentra en su sin sentido. Incluso el estilo puede convertirte en un esclavo si no te alejas de él y entonces estás condenado a repetirte a ti mismo. Lo único que cuenta es la curiosidad. Personalmente, creo que es eso de lo que trata la creatividad. Ésta se expresará mejor en el deseo de no volver donde ya se ha estado, que en miedo a volver a hacer lo mismo una y otra vez."

9 de julio de 2017

Todo lo que soy

Autora: Anna Funder                                                               Editorial: Lumen


"¿Qué sientes cuando tratas de avisar de un peligro y nadie te escucha ?¿Qué sientes al recordar un amor que te volvió ciega a la realidad? ¿Qué sientes frente al miedo? Cuando Hitler llegó al poder, yo estaba en la bañera..." comenta Ruth Wesemann, sentada en el sillón de su casa en Sidney. Esta mujer de más de ochenta años tiene mucho que recordar, y su mente vuelve una y otra vez a los años treinta, cuando Ruth, su prima Dora y los hombres que ellas amaban tuvieron que dejar Alemania, exiliarse en Londres y desde allí luchar para mostrar al mundo entero cuáles eran las intenciones reales de Hitler. En ese intento lo arriesgaron todo, sus vidas, su libertad y su amor. Dora, la querida Dora, una mujer menuda y fuerte, apasionada a la hora de actuar y generosa en los juegos del amor, está más presente que nunca en la memoria de Ruth, la única que ha tenido la ocasión de sobrevivir y ahora tiene el deber de recordar, de contar su verdad, de asumir culpas y desengaños para purgar su alma. La memoria, llena de dolor y teñida de ironía, es la protagonista de "Todo lo que soy", novela donde la autora Anna Funder ha dejado volar su imaginación para crear una heroína diferente, atípica, con heridas sin cicatrizar, valiente, histórica y soñadora.                                                                                                                                         

"Todo lo que soy" recrea, los años de la imparable ascensión al poder del partido nazi y su posterior locura intolerante que desemboco en la segunda guerra mundial. Y lo hace a partir de los recuerdos de dos personajes principales, que ofrecen sus voces en capítulos alternos del libro. Por un lado, Ruth Wesemann, una casi centenaria mujer judía, que evoca desde Sidney, en donde reside esperando la muerte, aquellos días en los que su militancia izquierdista junto a Hans, que luego sería su marido, su prima Dora y el amante de ésta, el dramaturgo Ernst Toller, situaron al grupo en el centro del huracán de la barbarie alemana, obligándoles al exilio en Londres para combatir en la distancia, a través de la acción directa y el espionaje, al enemigo nazi. Ruth recupera en el ocaso de su vida los escritos autobiográficos de Toller (realmente existentes y publicados bajo el título "Una juventud en Alemania") en los que el escritor, poeta y dramaturgo alemán recoge sus recuerdos personales de ese tiempo terrible y doloroso.

                                                                                                                                                                                                                  A lo largo de estas páginas, ella abre su alma a modo de diario, contando el calvario que tuvieron que pasar sus familiares y hombres más queridos para escapar de lo entonces era una dictadura consentida. Lo que se siente al intentar avisar de un peligro inminente y no ser creída, al aterrizar a la realidad a golpe de desamor, al ser una fugitiva de la justicia e intentar velar por ella a kilómetros de su tierra natal. Pero, sobre todo, en su historia, rinde tributo a una mujer muy especial. Fuerte, decidida, amiga, madre, confidente y guía. Dora, la querida Dora Fabian, quien le ha enseñado gran parte del mundo que conoce, versada en las artes del amor y de la vida en general. Ruth no la olvida y en cada conmemoración la tiene presente. Ahora, lo único que la mantiene unida a aquel universo del pasado es la memoria, responsable de asumir culpas, reconocer méritos y purgar su alma. En "Todo lo que soy" Anna Funder ha dejado volar su imaginación para crear una heroína diferente, atípica, con heridas sin cicatrizar, valiente, histórica y soñadora.

La autora nos regala una novela completísima y conmovedora que muestra el infierno nazi, una realidad que cualquiera debe conocer, sin dejar atrás un argumento lleno de intrigas, enredos familiares y encrucijadas internas y que sorprende por la cercanía con que se relata, la delicadeza de la narradora, que como un libro abierto descubre su alma ante el lector a cada párrafo. "Todo lo que soy" es un libro que indaga con pericia y capacidad de penetración psicológica en las vidas de sus protagonistas y que, aparte de constituir un excelente retrato de la época, nos enfrenta a algunos de los grandes temas de la existencia humana: el amor y la culpa, la traición y la responsabilidad, el compañerismo y la entrega, el compromiso y la solidaridad, y, sobre todo, la memoria y el olvido, el paso del tiempo y los recuerdos.

2 de julio de 2017

Bettie Page


"La natural sensualidad de un mito" (1923-2008)

"Yo no hecho nada para provocar, o para ser una pionera. Yo no he intentado cambiar la sociedad, ni adelantarme a mi tiempo. Yo no pensé en mi como un medio de liberación, ni creo que hiciese nada importante. Era yo simplemente. Y no conocí otra manera de ser, ni otra manera de vivir". 

Así pensaba la autentica Betty Mae Page sobre su "revolución sexual". Ella no pensaba que el cuerpo femenino fuera malvado, creía en su derecho de expresar su sexualidad abiertamente y fue una gran inspiración para muchas mujeres. Porque quienes conocieron a Bettie Page (no a la estrella del pin up, sino a la chica detrás del personaje) cuentan que era en extremo humilde. Nunca se dio cuenta de lo que estaba haciendo: para ella, todo se remontaba a las viejas fotos que le habían hecho durante alguna parte de su vida, ya olvidada. Lo fue todo en los años 50. Su corto flequillo negro y su traviesa sonrisa eran dos de sus marcas registradas. Su exuberante sensualidad y su imagen inocente, era una dualidad que tan bien supo combinar y que tantos éxitos le proporcionó.

Bettie Page, la pin up más célebre de su época, marcó con sus poses provocadoras y fetichistas el comienzo de una era moderna en la moda y la cultura pop, inspirando la revolución sexual de los 60 y 70. Pero para entender la importancia de lo que las famosas fotos de Bettie significan hoy en día, hay que ponerse en contexto. Mientras la sociedad estadounidense consideraba inmoral que las mujeres incluso hablaran de sexo, Bettie posaba desnuda o con muy poca ropa y no consideraba su trabajo indecente. Al contrario, amaba su cuerpo como amaba actuar y posar, por ello uno de sus grandes sueños fue aparecer en Playboy (y lo logró, pues fue la miss enero en 1955), pero al mismo tiempo y a su manera era una cristiana devota que no salía con hombres que fumaran.


Bettie nació en Nashville en 1924. Su madre medio cherokee trabajaba de peluquera de día y lavandera de noche. Tuvo seis hijos, con los que vivió en extrema pobreza. Betty tenía el gran atractivo e inteligencia de sus padres, pero esto resultó ser una bendición solo a medias. Su madre no le tenía cariño y su padre abuso de ella cuando solo tenia 13 años. Pero a pesar de ese trasfondo marginal y de estar un tiempo en un orfanato tuvo una buena educación secundaria puesto que consiguió una beca para ir a la Universidad.

Cuando era niña, Bettie Page se evadia del mundo y de su familia, imitando las poses de las estrellas de cine. Era todavía la Edad Dorada del cine de Hollywood, y Page había soñado con ser la protagonista de alguna de las películas que iba a ver junto a sus hermanas. Para una chica que había nacido pocos años antes de la Gran Depresión, el cine era una de los pocos placeres que podía darse. Y lo aprovechó bien, porque fue a través de las películas y las revistas de moda que Page aprendió el arte de seducir frente a las cámaras. Su afición por el cine le llevó a intentar prepararse para ser actriz, cuando estaba estudiando para ser maestra. Se licenció y se casó con su novio del instituto, pero cuando su marido vuelve de la segunda guerra mundial, ella le pide el divorcio.

En la época en que Marilyn Monroe estudiaba actuación en el Actors Studio, Page hacía lo mismo en el renombrado Herbert Berghof Studios a tan sólo unas manzanas de distancia. -"No estaba tratando de ser una actriz en ese tiempo, pero quería ver si realmente podía actuar o no"-. Malvivía como actriz en Nueva York cuando, en 1950, llamó la atención de Jerry Tibbs, policía aficionado a la fotografía. De su mano entró en el sigiloso mundillo del erotismo. Con su espléndida figura y su reconocible peinado, Betty se convirtió en la favorita de los aficionados que consumían semiclandestinas revistas para hombres y que encargaban sesiones fotográficas. Casi inmediatamente se convirtió en una cara y figura reconocida, adornando publicaciones como "Wink", "Eyeful", "Sunbathing", "Beauty Parade", "Chicks and chuckles" y muchas otras. Sus sugerentes fotografías eran arrancadas de las revistas, decoraban oficinas, casilleros, garajes y toda clase de habitaciones alrededor del mundo... Había nacido Betty Page.

Su representante Mark Roesler decía de la modelo: “era la encarnación de la belleza que capturó la imaginación de una generación de hombres y mujeres con su espíritu independiente y su sensualidad sin vergüenza”. Sus fotografías incluían en ocasiones escenas de bondage, spanking o fetichismo. Dió una imagen a las fantasías sexuales de varias generaciones. Como modelo, Page transmitía una inocencia, un deleite libre de culpabilidad. Alcanzó su máximo reconocimiento en 1955, cuando fue protagonista de las páginas centrales de Playboy. Pero esta misma imagen incendiaria, la llevó ante el Comité de Investigación del Senado norteamericano en 1955, quien la acusó de inducir a los jóvenes a la depravación. Muchos negativos de sus fotografías fueron destruidos por orden judicial, pero otras se guardaron y sobrevivieron a la férrea censura que “la ardiente sirena” sufrió durante estos años de represión. No llegó a testificar pero salio desencantada del irrespirable ambiente represor y en 1957 dejó el negocio. A partir de ese momento, su vida está envuelta en misterio.


 

Decidió que lo mejor era retirarse mientras todavía lucía increíble. Se marcho sin avisarle a nadie y durante tantos años estuvo alejada de la prensa que corrían muchos rumores sobre su muerte, en circunstancias más horribles en cada cuento. Nadie la buscó, hasta los años 80 y 90. Nadie sabía donde estaba. No fue sino hasta que un club de fans localizó a su hermano en 1992 que le pidieron que le hiciera llegar una carta, que Betty aceptó dar una entrevista, aunque prefirió no dejarse fotografiar ni tomar imágenes. Fue cuando nos enteramos de la verdad... Su vida cambió cuando un día de nochevieja de 1958 en el que Bettie se sentía tan sola, que decidió entrar en una iglesia de Key West. Vio una luz de neón en forma de cruz, mientras estaba tumbada a la orilla de mar. Se había mudado a Florida, tras fracasar su segundo matrimonio y sufrir una crisis nerviosa. -"El Señor me llevó de la mano"-, decía: -"Entré dentro y estuve llorando, sentada en el último banco, por todos mis pecados"-. La chica Pin-Up contaba que "ese día entregó su vida al Señor".

   

En 1960 se transforma al cristianismo y se va de misionera a Angola. Tuvo tres maridos durante su vida y ciertamente nunca se arrepintió de su pasado, “Andar desnudo no es una desgracia a menos que lo hagas con promiscuidad. Después de todo, cuando Dios creó a Adán y Eva ellos andaban desnudos por el Jardín del Edén.” A fines de los 70 sufrió un colapso nervioso y los doctores le diagnosticaron esquizofrenia aguda, por lo que pasa más de un año en un hospital psiquiátrico. Después de eso no se vuelve a saber mucho de su vida, de hecho en una edición de 1990 de "Book of List" Bettie figura número 11 como celebridad que desaparece de la faz de la tierra.


Lo cierto es que en durante los ’80 la imagen de Page renace como un ícono de culto, inspira el trabajo de ilustradores y dibujantes que desarrollan cómics alusivos a ella. Del mismo modo diversos grupos escriben canciones en su nombre. Situación a la Page comentaría "No sé a que se refieren con ícono. Nunca pensé en ser uno. Me parece muy extraño, yo solo modelaba y pensaba en tantas poses diferentes como fuese posible. Ganaba más dinero posando que como secretaria, tenía más tiempo libre, podía dejar de trabajar por meses, no podría haber hecho eso como una secretaria". Así era Betty Mae Page, una mujer que nunca se dio importancia, ni siquiera cuando se le presento la ocasión de entrar en Hollywood... Años después, diría que de lo único de lo que se arrepentía en su vida fue de no acudir a un casting cinematográfico que Jack Warner (presidente del gigantesco Estudio Warner), le había organizado. Bettie Page no fue porque "no pensó que pasaría la prueba".


Musa absoluta del glamour, el erotismo y hasta el día de hoy un símbolo sexual. Bettie Page fue capaz de encender la lujuria y la polémica con su sensualidad en los parcos años 50's. Se estima que existen alrededor de 20.000 fotografías de esta famosa Pin Up que también fue conocida como "la chica con la figura perfecta". A la reivindicación del mito Bettie Page contribuyó de forma decisiva Greg Theakston (responsable de la editorial Pure Imagination), quien en 1987 creó un fanzine llamado "The Betty Pages". También fue muy importante el hecho de que el malogrado Dave Stevens se inspirara en ella para crear a la novia de Cliff Secord, protagonista de "The Rocketeer", así como multitud de ilustraciones y cómics basadas en su figura.

         

Su imagen de sex symbol, su atrevimiento, su gracia y belleza siguen influenciando a miles de mujeres, sea en el área que sea, la moda, el glamour, en la vida sexual, etc. Bettie siempre será parte de nuestra historia y en palabras de Bettie "No estaba tratando se hacer noticia o de ser una pionera. No estaba tratando de cambiar la sociedad, o adelantarme a los tiempos. Nunca fui una liberal, y no creo que haya hecho algo importante. Yo solo fui yo misma, no sabía como ser de otra forma, o como vivir de otra forma. Me gusta andar desnuda, nadar desnuda, caminar desnuda por la casa. Simplemente te hace sentir tan libre como un pájaro".


APÉNDICE:

En 1954, dos mujeres avanzadas para la época trabajaron juntas por un breve pero intenso período. Ambas construían sus portafolios con los que se ganaban la vida sin imaginar que también consolidaban una leyenda y que sus nombres quedarían unidos en la historia de la fotografía y el modelaje estadounidense para toda la vida.

La escritora e historiadora de arte Petra Mason logró reunir nuevamente a Bettie Page y a Bunny Yeager (una fotógrafa estadounidense y modelo pin-up) 60 años después en "Bettie Page Queen of Curves", editado por la prestigiosa casa Rizzoli en formato coffee-table. Delicioso y genuino, este libro fue realizado por Mason con meticulosa investigación, presentando 250 fotografías –muchas desconocidas hasta ahora– a color y en blanco y negro, de las casi mil exposiciones que le hiciera Bunny Yeager en 1954 a la chica del Pin-Up más famosa de la historia.

En "Bettie Page Queen of Curves", además de la amplia selección de maravillosas fotografías que le tomara Bunny Yaeger a Bettie, revela datos novedosos de cómo cada una de las dos mujeres veía a la otra. También, trae una interesante entrevista que le hiciera Yaeger a Page en 1993 para la revista Interview del mes de julio de ese año, en la cual las confesiones de Bettie son todo lo contrario a lo que uno esperaría de la icónica modelo. La conversación entre ellas fue telefónica.


Años después Mark Mori, el director detrás de "Betty lo cuenta todo", filme documental de la estrella del pin up. "Cuando empecé a posar, no tenía idea de que terminaría siendo una modelo de pin up", cuenta Bettie Page en el documental de Mark Mori. De esa entrevista, solamente quedan los audios, pues Page le hizo prometer al periodista que no mostraría su rostro. "A mí no me gustaría ver a una modelo cuando esté vieja y fuera de forma. ¿Quién querría? Odio la vejez". Page moriría de un infarto 11 años después, a los 85 años, tras haber sido hospitalizada por varias semanas por neumonía.

    
Betty Page era una persona inteligente, alegre (a pesar de una infancia y una juventud plagadas de abusos), libre y con una moral de acero. Y desde cierta inocencia, fue también un símbolo de liberación en la represiva década de los 50 en los EE.UU., donde cualquier desnudo era pornografía y la pornografía se vinculaba al crimen. Más allá del mito, Betty fue una mujer notable, un icono de la cultura pop que ejerció su influencia sobre la sexualidad y las tendencias en la moda, alguien que provocó un tremendo impacto en nuestra sociedad. Page representó el conflicto entre la libertad y la represión sexual, a caballo entre la censura y la libertad de expresión, la barrera entre lo aceptable y lo inaceptable. Ella era tan modesta que jamás pudo entender por qué era tan importante. Conocía su cuerpo a la perfección y lo explotaba para sacar el mayor provecho. Su piel era perfecta sin ninguna mancha, lo mismo que su nariz, los ojos azul grisáceos, un pelo tan oscuro como la medianoche y una sonrisa tan luminosa como el mediodía.