La exótica mirada esmeralda
Recordada
por sus exóticos personajes, Debra Paget perteneció a esa generación de
actrices que pasaron a convertirse en inolvidables, más por su
asombrosa belleza, que por sus dotes interpretativas. En su momento
contó con la posibilidad de formar parte de lo más exquisito de
Hollywood, pero una madre demasiado controladora y el poco interés de
la actriz más predispuesta en ser una simple ama de casa con un hogar y
un marido al que cuidar, terminaron en poco más de una de década con la
carrera de una de las actrices más bella de Hollywood.
Nacida
en 1933 en Denver (Colorado) y bautizada con el nombre de Debralee
Griffin, Debra Paget llega al cine empujada por una madre cuyo sueño
era que su preciosa niña llegara a ser una gran estrella del cine. Su
carrera duraría unos quince años, poco tiempo, pero fue ella la que
decidió dejarlo. Justo con esa edad, quince años, la madre de la futura
artista consiguió que la niña accediera presentarse a un concurso de
caras nuevas auspiciado por la Twenty Century Fox. Concurso que, por
supuesto, ganó sin dificultad. Nada extraño, pues la adolescente y
virginal belleza de Debra Paget entraba en los cánones que tanto
gustaba a los grandes estudios de aquella época.
Debuta en la pantalla en 1948 con "Una vida marcada", de Robert Siodmak, película de gansters considerada una de las obras cumbres del género, y lo hacía en el papel de una bella e ingenua adolescente, pero seria en la década de los 1950 cuando la carrera de Paget despega como la musa del director Delmer Daves con la que rodaría; "Flecha rota" (1950), considerado el primer western que se posiciona de parte de los indios y su causa. La exótica "Ave del paraíso" (1951) junto al actor Louis Jourdan, (que era considerado según una encuesta entre las féminas americanas, el paradigma de la belleza masculina). La película fue un enorme éxito gracias a los espectaculares paisajes en technicolor y a la generosa exhibición de belleza física desplegada por ambos sexos. Con estas primeras películas Debra Paget (o mejor dicho, su madre) logró que el público relacionase su belleza e increíbles ojos en papeles de joven pura y virginal.
En 1954, la colaboración entre la actriz y el director Delmer Daves llega a su fin con "Demetrio y los gladiadores". Entre medias, Debra Paget no pierde el tiempo y logra que sus impresionantes ojos verdes sean recordados para siempre en películas tan notables como "Catorce horas" (1951) de Henry Hathaway, "La mujer pirata" (1951) de Jacques Tourneur o "El inspector de hierro " (1952), una interesante adaptación de "Los Miserables" realizada por Lewis Milestone.Debido a este tipo de personajes y a su impactante físico, Debra dejó tras de sí montones de corazones rotos, pero a medida que fue pasando el tiempo la ingenuidad que tan famosa la hizo en su momento comenzó a evaporarse, y fue cuando surgió la duda…¿En que lugar podía encajar una actriz que siempre se había mostrado ante el público con ese particular aura de candor e inocencia? Una mujer tan espectacular no podía ser desperdiciada, y fue entonces cuando comenzó su metamorfosis ; así ,de la noche a la mañana ,se mostró en la pantalla como una mujer tentadora y vampiresa, que hipnotizaba a los hombres con sus atributos.
Debuta en la pantalla en 1948 con "Una vida marcada", de Robert Siodmak, película de gansters considerada una de las obras cumbres del género, y lo hacía en el papel de una bella e ingenua adolescente, pero seria en la década de los 1950 cuando la carrera de Paget despega como la musa del director Delmer Daves con la que rodaría; "Flecha rota" (1950), considerado el primer western que se posiciona de parte de los indios y su causa. La exótica "Ave del paraíso" (1951) junto al actor Louis Jourdan, (que era considerado según una encuesta entre las féminas americanas, el paradigma de la belleza masculina). La película fue un enorme éxito gracias a los espectaculares paisajes en technicolor y a la generosa exhibición de belleza física desplegada por ambos sexos. Con estas primeras películas Debra Paget (o mejor dicho, su madre) logró que el público relacionase su belleza e increíbles ojos en papeles de joven pura y virginal.
En 1954, la colaboración entre la actriz y el director Delmer Daves llega a su fin con "Demetrio y los gladiadores". Entre medias, Debra Paget no pierde el tiempo y logra que sus impresionantes ojos verdes sean recordados para siempre en películas tan notables como "Catorce horas" (1951) de Henry Hathaway, "La mujer pirata" (1951) de Jacques Tourneur o "El inspector de hierro " (1952), una interesante adaptación de "Los Miserables" realizada por Lewis Milestone.Debido a este tipo de personajes y a su impactante físico, Debra dejó tras de sí montones de corazones rotos, pero a medida que fue pasando el tiempo la ingenuidad que tan famosa la hizo en su momento comenzó a evaporarse, y fue cuando surgió la duda…¿En que lugar podía encajar una actriz que siempre se había mostrado ante el público con ese particular aura de candor e inocencia? Una mujer tan espectacular no podía ser desperdiciada, y fue entonces cuando comenzó su metamorfosis ; así ,de la noche a la mañana ,se mostró en la pantalla como una mujer tentadora y vampiresa, que hipnotizaba a los hombres con sus atributos.
El
cinemascope y el technicolor de los años cincuenta hicieron el resto,
como en tantas otras bellezas de su estilo, los avispados productores
vieron un filón para llenar de sensualidad el enorme rectángulo en
blanco que se abría frente a las plateas de los cines. Por aquel
entonces, Debra Paget ya acaparaba todas las miradas: la de los
hombres, que la desearon, y la de las mujeres, que envidiaron su
belleza. Pero Debra seguía sin sentirse "querida" por los productores
que solo veían en ella un hermoso cuerpo y unos deslumbrantes ojos
verdes, y poco más.
En
1955 es elegida por la Paramount para que Cecil B. De Mille la
dirigiera en el espectacular remake de "Lo Diez Mandamientos", lo que
le valió un papel en el que Debra pudo lucirse un poco más, ya que el
personaje a lo largo de la película iba ofreciendo diversos registros
al espectador: comenzaba con un papel de judía recatada, y a medida que
transcurría la película se convertía en una arrebatadora cortesana
egipcia. Estos mismos estudios le siguieron dando oportunidades de
aparecer como tentadora mujer en aventuras tan kitsch como "Omar
Khayyam" (1957) de William Dieterle, "El tigre de Esnapur" (1958) y "La
tumba india" (1959) ambas de Fritz Lang. En esta última, por cierto,
desnudó su cuerpo hasta rozar el límite de lo permitido y efectuó un
baile ante una cobra real, que dejó a muchos con la boca abierta. Pero
pese a todo este despliegue de erotismo, la carrera de Debra fue
cayendo en la mediocridad ,y en el año 1963 pondría fin a su carrera
con “El palacio de los espíritus”, en lo que fue una buena película de
terror, dirigida por Roger Corman.
Tenía
sólo veintinueve años y, ya liberada de la influencia materna, decidió
dedicarse a su verdadera vocación, la de esposa y madre. En 1964 se
casa por tercera vez con un magnate del petróleo al que se dedicó en
cuerpo y alma a plancharle las camisas y ponerle las pantuflas hasta el
consiguiente divorcio. En la actualidad vive en Houston y sólo se ha
prestado a ponerse ante las cámaras para alguna que otra esporádica
entrevista en la televisión... A nosotros pobres mortales, solo nos
quedará el placer de volverla a ver en esos exóticos escenarios donde
lucía su imponente palmito y unos hermosísimos ojos esmeralda capaces
por si solos de enamorar al mitómano más encallecido.
Q belleza!! de mujer Debra😍😍😍
ResponderEliminarMuchas gracias por la entrada y curiosidades que no conocía de Debra, me encanta. Por cierto Elvis se enchochó de ella en plan bestia pero ella pasó de él, y se rumoreaba que empezó con Priscilla porque físicamente le recordaba a Debra y que de hecho Priscilla le copiaba los looks para gustar a Elvis. A saber. ¡Saludos!.
ResponderEliminar