Saskia Schnell

La dualidad de la mirada

Con una capacidad innata para plasmar lo que quiere contar, a la diseñadora gráfica e ilustradora Saskia Schnell una sola imagen le basta para crear retratos llenos de expresión que nos conducen por distintos caminos y sensaciones que nos seducen, nos impactan y también nos apenan al comprobar que la supuesta superficialidad de su trabajo se tuerce en la mirada de sus creaciones.

Nacida en Magdeburg, (Alemania), Saskia Schnell comenzó a dibujar y a pintar desde niña cuando se pasaba el día en su cuarto escuchando cuentos de hadas y jugando con sus pinceles y lápices. Su paleta de colores es brillante y combina perfectamente los colores cálidos y oscuros, para presentarnos a la mujer como absoluta protagonista que se enfrenta al recuerdo, al anhelo, a los sueños; féminas desafiantes, seductoras y al tiempo vulnerables, demasiado todo, demasiado fuertes, demasiado sexuales, demasiado endebles, demasiado blandas, pero llenas de vitalidad y personalidad que las hacen enormemente sugerentes y únicas.

                                                                                                        Cuenta que hoy en día no ha cambiado mucho su forma de ser, aunque lo que sí es seguro es que ha evolucionado tanto en técnica como en herramientas, pues el photoshop y los medios digitales han pasado a formar parte de su obra y su trabajo. Desde el 2002 es diseñadora gráfica e ilustradora con sede en Berlin y con una cartera de clientes bastante impresionante y que demuestra su capacidad creativa y su profesionalidad, ya que trabaja para conocidas marcas.

  

Mujeres jóvenes y bellas, como si la autora no pudiera conciliar otra fórmula que la de la belleza comprometida por su desaparición y la juventud involucrada en su volatilización; y aún así, Saska Schnell inunda su obra de atractivo y esplendor consciente de la llamada de la carne para que diosas audaces, de la maternidad o de la guerra, mujeres endiosadas quizá por intereses espurios y generadoras de emociones contradictorias asistan al espectador, al que mira, sorprendido ante tanta dualidad.