28 de enero de 2017

La invasión de los ladrones de cuerpos

Invasion of the Body Snatchers (1956)                                                                       

Director: Don Siegel                                                            
Reparto: Kevin McCarthyDana Wynter, Larry Gates, Carolyn Jones, King Donovan, Virginia Christine, Tom Fadden, Guy Way, Sam Peckinpah.
Guión: Daniel Mainwaring (Sobre un relato de Jack Finney)                                                                                                 Fotografía: Ellsworth J. Fredericks



"¿Un mundo en el que todos fuéramos iguales? No, gracias, no me interesa".

El género de la ciencia-ficción conoció su mejor época en EE.UU. en la década de los años cincuenta. Aunque su gran fuente se encontraba en el cine de bajo presupuesto y por lo general no gozaron de mucho prestigio, no cabe duda de que el espectador encontraba un gran placer en esta clase de películas.

En apenas 80 minutos Siegel narra con ritmo perfecto esta historia de ciencia ficción y terror en la que no sobra ninguna escena ni echamos de menos nada. El paulatino aislamiento del protagonista y la sensación de persecución están muy logrados, haciendo de este film un clásico imprescindible de la ciencia ficción. No debemos olvidar que estamos ante un film de serie B de los años 50, pero sigue siendo totalmente vigente como lo demuestran los 3 remakes (hasta la fecha) que ha generado. De todos ellos el único destacable el de los años 70 con Donald Sutherland y dirigido por Philip Kaufman.

"La invasión de los ladrones de cuerpos", basada en una novela de Jack Finney, es una indiscutible obra maestra del género de ciencia-ficción y de terror sobre la que apenas pasan los años. El filme, narrado en clave de flashback, respira desde su comienzo de una atmósfera enrarecida y paranoica manejada por Don Siegel con un excelente pulso y con un crescendo en la tensión magnífico. La película le da una vuelta a la trama ya de todos sabida y crea una alegoría sobre la deshumanización y la introducción ideológica en una comunidad donde los habitantes están marcados por la paranoia anticomunista del senador McCarty, que acosa a la gente con autonomía de pensamiento e insensible a los problemas reales de una sociedad conformista.




"La invasión de los ladrones de cuerpos" se siente y se sufre de comienzo a fin. Siegel consigue hacer calar en el espectador una sensación de paranoia, obsesión y terror de forma asombrosa. La película, de bajo presupuesto pero de mucho talento, recibe por parte de Siegel un tratamiento intenso, turbio, para relatar una historia de creciente tensión con una atmósfera sabiamente exaltada por la soberbia fotografía de Ellsworth Fredericks, que maneja las sombras como nadie para resaltar la paranoia existente.



Debido a su escaso presupuesto, en ningún momento asoman monstruos en este cuento de miedo alienígena. El terror se alcanza a través de las escenas y situaciones más cotidianas, pervertidas a través del fino hilo de la paranoia. La amenaza, aun siendo de origen extraterrestre, en realidad se materializa en el temor al vecino, incluso a la propia familia. Kevin McCarthy realiza una estupenda interpretación del protagonista, el doctor Miles Bennel quien descubrirá cómo poco a poco todos sus vecinos empiezan a experimentar un comportamiento extraño para pasar en un segundo momento a una despiadada persecución. El actor refleja a la perfección la transmutación de su personaje, que pasa de ser un médico seguro de sí mismo, de la lógica y sus conocimientos, a un sujeto paranoico, histérico y desconfiado de todos los demás.



Pero lo que eleva a "La invasión de los ladrones de cuerpos" por encima de la gran mayoría de películas del género y la coloca directamente en el Olimpo del cine de ciencia-ficción y de terror se encuentra en las múltiples lecturas que pueden realizarse sobre la película. Dado su contexto no cabe duda de que se trata de una alegoría de la Guerra Fría pero, ¿estamos ante una plasmación del riesgo que supone la amenaza comunista o ante una ridiculización de la caza de brujas perpetrada por el senador McCarthy?



Como curiosidad recordar que Sam Peckinpah, fue asistente en la dirección, participante no acreditado en el guión y en un pequeño papel como actor.

En definitiva "La invasión de los ladrones de cuerpos" es una pesadilla cinematográfica que pervive con fuerza en el recuerdo y deja un gran poso en el espectador. Una película de obligado visionado.







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