Son varias las razones para volver a ver "Les amants" de Louis Malle; porque este mes se cumple 60 años de su estreno; por el irrenunciable placer de ver la dura y carnal belleza de la gran Jeanne Moreau; por la magnífica fotografía de Henri Decae y la última y no menos importante razón es que tal día como hoy nacía el camarógrafo, guionista, documentalista y director de cine francés Louis Malle, un transgresor e impertinente realizador, que abordaba sus trabajos desde el ataque a todo lo establecido, y con una predilección por el retrato de las mujeres como eje de las relaciones humanas.
La película nos narra la historia de aburrimiento e insatisfacción de Jean Tournier (Jean Moreau), casada con Henri (Alain Cuny) un frío, distante y desatento propietario de un diario de provincias. Para divertirse viaja a París con frecuencia, donde se hospeda en casa de su amiga Maggy (Judith Magre) y se entretiene con un playboy español, jugador de polo, Raúl (J.L. de Vilallonga). Sin embargo, pese a su doble vida Jeanne sigue insatisfecha, pero todo cambia cuando un día se le estropea el coche en uno de sus trayectos entre la capital y el campo y un joven la ayuda a llegar a su hogar. Este breve encuentro le hará recapacitar y plantearse la posibilidad de comenzar de nuevo su estilo de vida.
La dirección condensa en 88 minutos un relato cargado de sugerencias memorables, para mostrarnos los prejuicios, la hipocresía y la mediocridad que caracterizan a la alta burguesía del momento a la vez que denuncia la inconsistencia de sus convenciones sociales, su doble moral y el papel de sometimiento al que relega a la mujer. Aboga por la igualdad de géneros. Crítica, con recursos tan sutiles como expresivos, la falsa fidelidad, la descalificación de la seducción femenina o la separación del deber conyugal y el placer.
El guión incorpora unos diálogos escritos con maestría, que dan vida a un argumento sencillo y potente. La interpretación da paso al protagonismo de Jean Moreau, cuya expresión corporal es antológica. Protagonizando uno de los momentos más destacados de sensualidad, erotismo y pudor, de la historia del cine.
Todo ello envuelto en la elegante fotografía del ya citado Henri Decae que nos ofrece todo un recital de imágenes que desbordan elegancia, realismo y belleza visual. La iluminación es magistral y la cámara acaricia las imágenes con pudor y suavidad.
En definitiva y tal como dijo el gran François Truffaut, "Los amantes" es "un film apasionante. No es una obra maestra porque le falta un poco de genialidad, pero tiene una libertad, una inteligencia, un tacto, absolutos y un sabor excelente. Se va desarrollando con la espontaneidad de las películas antiguas de Renoir, es decir, experimentamos la sensación de ir descubriendo las cosas a la vez que el cineasta, y no antes o después de que él".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por ver esta página