El último adiós

Autora: Kate Morton                                                          Editorial: Suma de Letras                                                          Nº de páginas: 576 págs.

Muchas veces criticamos a algunos autores en que no innovan, que cuando les leemos nos ofrecen más de lo mismo, y ésto es en realidad lo que hace esta escritora, pero esta fórmula que maneja Kate Morton algo debe tener de especial, cuando no nos importa. No sé muy bien si serán sus historias, su forma de contar, sus personajes, o todo ello junto, pero lo que criticamos en otros es, precisamente, lo que nos gusta de ella.

Como en el resto de las novelas de la autora nos encontramos con una saga familiar en la que hay muchos misterios por desvelar y en la que varias subtramas se entrelazan y que nos llevan a desvelar historias de amor, secretos inconfesables, afán de venganza, superación del pasado y la capacidad de sacrificio entre otros muchos temas. Es una novela que atrapa desde la primera página y sorprende hasta la última. Su prosa sigue siendo sencilla y asequible, pero no por ello se descuida en ningún momento resultando muy elegante su forma de escribir y donde la autora vuelve a demostrarnos que se desenvuelve como nadie en este tipo de tramas en las que la estructura narrativa alterna pasado y presente componiendo un puzle de múltiples piezas que encajan sin fisuras.

La autora nos tiene preparada en esta novela dos historias protagonizadas por dos mujeres, historias que han tenido lugar con setenta años de diferencia. La primera que conoceremos es la de Alice Edevane, una joven de dieciséis años que rebosa talento y anda inmersa en escribir una novela negra cuando se ve sorprendida por las llamas de un amor prohibido que llama a su puerta. Junto a Alice conoceremos a sus padres y hermanos, y seremos testigos de como una mañana de 1933 que se preveía festiva y alegre acaba tiñéndose de negro con la desaparición del hijo menor de la familia, Theo. La otra historia que convive en este libro es la de Sadie Sparrow, investigadora de Scotland Yard que se ve obligada a tomarse un tiempo de baja de sus funciones cuando sus superiores la apartan de su actividad profesional tras haberse implicado demasiado en un caso. Sadie se traslada a casa de su abuelo para pasar ese periodo de retiro impuesto, y será allí donde se encuentre por casualidad con los restos de Loanneth, la casa que setenta años antes habitaron los Edevane.

Las mujeres vuelven a ser las protagonistas absolutas en una lectura en la que los hombres son meros secundarios sin que por ello se descuide su trazado, aunque no se llegan a perfilar tanto como las féminas. Kate Morton nos presenta unos personajes ricos y llenos de matices, especialmente en el caso de las grandes protagonistas del pasado, Eleanor y Alice, madre y hermana del pequeño desaparecido. A ellas las conocemos durante un período de tiempo más amplio, sobre todo en el caso de Alice que la encontramos en ambos planos temporales y con la que asistimos a una clara evolución desde la adolescente de los años 30 que sueña con ser escritora, hasta la novelista ya consagrada y anciana de 2003. Es sin duda un personaje complejo con una vida marcada por los secretos.

En definitiva "El último adiós" encierra la esencia del estilo Kate Morton. Donde pasado, presente, misterio y secretos de familia vuelven a conjugarse para mayor disfrute de los amantes de los rompecabezas literarios que Morton crea en sus libros. No se sentirán defraudados por una novela que tiene todos los ingredientes para hacer disfrutar a cualquier tipo de lector y no solo a los amantes de las sagas familiares llenas de secretos.