Dibujando la Novela Negra
Violencia, erotismo tórrido y atmósfera negra caracterizan la obra de Juan-Claude Claeys, un
ilustrador parisino de 57 años amante del cine y la novela negra
americana de la posguerra. Su trabajo es tan violento como erótico pero
tan elegante como inquietante. Para lograr ese ambiente oscuro e
hiperrealista no se sirve de un proceso digital; toma las instantáneas
y las transforma a golpe de tinta china. Ese
contraste elevado de blanco y negro puro y sus trepidantes historias
negras, terminan excitando la imaginación del espectador llevándole a
un clímax global donde las fronteras entre buenos y malos se
difuminaban y el héroe acostumbra a ser un antihéroe atenazado por un
pasado oscuro.
Se
sabe poco de este singular hombre que, a fecha de hoy, sigue siendo un
personaje relativamente discreto y misterioso, sin embargo, su
increíble trabajo esta desplegado por numerosas publicaciones, portadas
de libros, cómics e incluso como creador del cartel francés de la película "Cotton Club" de Francis Ford Coppola. Sus
ilustraciones quitan el aliento, aprietan el corazón en un puño y
rasgan las vestiduras hasta quedarse en pelotas, todo ello en un oscuro
clima de tensión máxima que impresiona por lo depurado de su técnica y
por la voluptuosidad seductora de sus perversas mujeres.
Después de algunos trabajos en el campo de la publicidad Claeys
hace su debut en la revista Mormoil en 1974, y en 1977 sale su primer
álbum, "Whisky´s Dream", donde aparece por primera vez el detective
privado Jonathan Foolishburry y una determinada fascinación para el
universo de las novelas negras americanas. Tras ello prosigue su
carrera en el cómic, universo donde puede gozar de la libertad de crear
y se asocia a partir de 1988 con el guionista Richard D. Nolane. Cada
viñeta del ilustrador francés representan un acto en una historia
donde sus protagonistas, buscavidas y mujeres fatales, ejecutan un
juego en tonos hiperrealistas, donde la banca siempre gana.
Influenciado por el universo de las novelas negras americanas.
Con una envidiable finura en el dibujo, y un gran sentido de la puesta en escena, Claeys se expresa verdaderamente a través de estética de la restitución fotográfica. En sus composiciones se destaca el tratamiento que realiza de las sombras lo que permite apreciar los detalles que componen la ilustración. El color se observa de forma discreta en la ilustración donde ocupa un segundo plano, lo importante es el gesto del modelo que emplea para realizar sus ilustraciones. En él, la belleza tiene parte vinculada a la muerte. Las mujeres son siempre bonitas, que se las asesina o que matan. No hay nada digital en su obra, generalmente en blanco y negro aunque últimamente introduce el color. Su obra es un trabajar y trabajar constante en su universo sin medios digitales que limiten su creatividad.
La
mayor parte de los protagonistas son individuos derrotados, en
decadencia, que buscan encontrar la verdad (o por lo menos algún atisbo
de ella). Son Criminales,
asesinos a sueldo, hampones, tipos duros y pérfidas femmes fatales cuya
curvaturas elevan los instintos más básicos, conduciendo a sus víctimas
al peligro máximo e incluso a la muerte.
Los crímenes se basan en las debilidades humanas como la rabia, ansias de poder, envidia, odio, avaricia, pasiones, etc... Comienza
pues el viaje, espero que lo disfrutéis y que no acabéis con algún
agujero extra producido por alguna bala perdida o en la cama bajo las
garras de alguna dama de sensual arquitectura.
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