George Clooney y Grant Heslov, su guionista habitual recuperan un viejo guión de los hermanos Coen para contarnos una historia donde el odio, la ambición desmedida y la hipocresía se expanden por una pequeña comunidad que es la encarnación el sueño americano. Todo es perfecto en este idílico vecindario hasta la llegada de los Mayers, la primera familia afroamericana que amenaza el paz social y mental del resto de los habitantes. Todos están en contra de ellos, todos menos los Lodge cuyos problemas son de otro tipo.Gardner (Matt Damon), el cabeza de familia, sufre junto a su familia un robo con consecuencias mortales, y es a partir de entonces donde comienza todo el delirio salvaje de los Coen. Todo un retrato satírico de la sociedad, en este caso, se va viendo poco a poco que el famoso Suburbicon, no es tan idílico, y de ello se encargar de demostrarlo varios de sus habitantes, a través de sus engaños, violencia y traiciones, hay hueco incluso para el racismo.
Como ya demostrase en "Buenas noches, y buena suerte", acaso su cinta más lograda, George Clooney vuelve a visibilizar el realizador que lleva dentro y logra que la dirección de actores sea una de las señas de identidad de una película llena de aciertos, y no es el menor de ellos una cuidadísima ambientación (los colores, la música, el resplandor del cielo, las cortinas floreadas que ocultan el interior de las viviendas…) que nos instala en una entorno capaz de generar lo mejor y lo peor del ser humano. Clooney se esmera en cada uno de los detalles y se rodea de grandes actores y amigos. La puesta en escena es impecable, y el toque de los Coen se percibe a simple vista, pero el director carece de la mirada sarcástica y oscura de los hermanos, por lo cual uno siempre tiene la sensación de que le falta o sobra algo a la película.
Esto no quiere decir que sea una mala película. Si tras la cámara y el guión están los ya mencionados y en el reparto te encuentras al solido Matt Damon, la siempre convincente Julianne Moore, la divina naturalidad del joven Noah Jupe y la breve pero divertida aparición de Oscar Isaac, no se puede decir que no lo den absolutamente todo en el intento de dar un buen producto.
A nivel argumental "Suburbicon" explora dos planos muy distintos que hacen que la cohesión interna se resienta un tanto: por una parte tenemos un thriller doméstico y por otra un alegato en favor de la diversidad étnica, visto todo ello desde la óptica de un niño en principio ajeno a las mezquindades del mundo adulto. El enfrentamiento de estos dos mundo (o dos guiones) es donde se reciente un poco la película, por una parte tenemos el particular mundo de los hermanos Coen, escrito en los años 90, en el que una serie de desventurados personajes se veían condenados por sus decisiones... algo que viene siendo "su marca de la casa" y por otra parte el (escasamente desarrollado) problema racial que George Clooney intenta meter con más voluntad que acierto.
Pero dicho esto, La sátira hacia el sueño americano está servida y obviamente con ánimos de trazar paralelismos con la actualidad, algo que parece haber levantado ampollas en determinados sectores muy pero que muy conservadores. Puede que sea demasiado obvia en algunos aspectos, puede que "Suburbicon" este lejos de la perfección, pero es muy disfrutable con todos sus defectos.
Porque a pesar de la previsibilidad y los fallos de la dirección, (Clooney peca en el mal uso de la inteligente ironía y en su inútil capacidad para sorprender), "Suburbicon" consigue entretener y hacer del ridículo de algunas escenas su mayor virtud para hacer una historia de personas equivocadas que toman muy malas decisiones, haciendo del espectador parte del minuto a minuto en el devenir de una locura paranoica que se incrementa a medida que avanza el film. Porque sobre todo "Suburbicón" es un cuento de gente imperfecta que toma muy malas decisiones. O, dicho de otro modo, una decidida defensa de la verdad en una sociedad que, pese a las apariencias, hace bandera de la mentira.
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