27 de abril de 2018

Gail Russell


La actriz maldita

Cuando dicen que los ojos son el espejo del alma en el caso de Gail Russell es más que cierto. Su rostro bello e inocente y sus enormes ojos azules anunciaban la quebradiza personalidad de esta joven estadounidense que enamoró a la Paramount Pictures para luego acabar en la serie B al final de su carrera. 
A pesar de su total inexperiencia su presencia de chica inocente y su aptitud para el drama causaron sensación en la Paramount que decidió invertir en lo que veían un diamante en bruto, por lo que pusieron a su cargo los mejores profesionales. Pronto cosecharon los primeros buenos resultados ya que con tan sólo 19 años hizo su debut en la gran pantalla y en su segundo film, "Los Intrusos", se ganó la confianza internacional que se confirmó con "Fuera de la ley" y "Mil Ojos Tiene la Noche". Pero lo que nadie sabía es que esta estupenda actriz era, en realidad, un castillo de naipes a punto de desmoronarse.

Gail Russell era una mujer brillante y de un talento sorprendente, pero lo que la hacía derrumbarse era su marcada timidez que nunca pudo superar. La presión podía con Russell y para superar sus miedos escénicos utilizaba el alcohol como recurso, lo que le llevó a ser detenida en varias ocasiones por conducir ebria. La productora decidió no renovarle el contrato lo que provocó el desmoronamiento de su vida hasta el punto de separarse de su pareja Guy Madison. Fue entonces cuando le saldría un nuevo amor, la "Republic", que admiraba esa mezcla de destrucción y pureza que impregnaba a su figura. En los años siguientes rodaría con ellos títulos como "El ángel y el pistolero", "La venganza del bergantín" al lado de John Wayne o las muy notable "Moonrise".


Lamentablemente, este problema la fue acercando cada vez más al alcohol donde encontró un perfecto escondite que la hizo adicta con el paso del tiempo. Porque justo después de rodar con Joseph Losey "El forajido", la Paramount decidió no renovar el contrato con la actriz a causa de su alcoholismo. Los problemas de Gail Russell durante el rodaje pesaron más que las buenas críticas por su trabajo, además de un Losey muy poco comprensivo al contar lo penoso que resultaba tratar de arrancarle una toma buena con una o dos líneas de diálogo si antes no bebía.

En todo caso, cabe matizar su miedo escénico. Es cierto que su alcoholismo le podía causar un problema grave, pero no es menos cierto que con un ambiente más tranquilo y con unos directores como Boetticher y sobre todo con Frank Borzage (que conocía por experiencia propia el alcoholismo) sabían cómo tratarla, entonces Gail Russell desprendía la gracia y la inocencia que la volvía inolvidable.
Sea como fuese, la presión y sus escándalos sentimentales la llevaron hacia una crisis alcohólica de la que resurgió aparentemente recuperada cinco años después coprotagonizando junto a Randolph Scott el western "Seven Men from Now" (1956) y producida por su amigo John Wayne y dirigida por el siempre eficaz Budd Boetticher. Pero los demonios del alcoholismo resurgieron, motivo por el cual su carrera fue decayendo hasta que decidió alejarse definitivamente del cine en 1958 con "No Place to Land".
La



actriz maldita de Holly
wood, la de los profundos y enormes ojos azules fue encontrada sin vida el 27 de agosto de 1961 en su apartamento rodeada de botellas de vodka. Se dice que fue el alcohol lo que le provocó un paro cardíaco, otras fuentes afirman que sólo fue el acompañante de los innumerables somníferos que le provocaron su fallecimiento, e incluso se dice que murió de inanición, pero lo cierto es que fue el cine y su timidez los que acabaron con su vida. Solamente tenía 36 años.

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