Si yo hablara ahora de "El gato con botas" o de "La Bella y la Bestia", seguro que a más de uno se les vendría a la mente muchas de las historias que escuchó o vio cuando era pequeño. Pero aunque estas dos historias, entre otras, aparezcan en este libro, ninguno podrá decir que lo que está leyendo es lo que recuerda. Y ello es debido a la ágil pluma de Angela Carter que contribuye con estas narraciones, con este compendio de cuentos, a ensalzar las tradiciones orales de aquellos cuentos de hadas, duendes y lobos. Inocentes cuentos y leyendas populares se impregnan de sangre, sexo y terror a través de la reescritura de Angela Carter, que pone de manifiesto el contenido latente de textos que han ido conformando el imaginario cultural a lo largo de la historia.
La obra no sólo está narrada de forma sobresaliente sino que en ella también se intuyen influencias de autores como William Shakespeare, William Wordsworth, John Keats, William Blake, Bram Stoker o Lewis Carroll, junto a leyendas, mitos y estéticas que conforman en su conjunto una narración con una erótica poética y, a la vez, sobrecogedora... "Recuerdo que, aquella noche, yací despierta en el coche cama en un estado de tierna y deliciosa agitación, con las mejillas ardiendo contra el impecable lino de la almohada y el corazón imitando en sus latidos los grandes pistones que empujaban incesantemente el tren que me arrastraba lejos de París, lejos de la infancia, lejos de la blanca y recluida quietud del piso de mi madre, hacia el país imprevisible del matrimonio".
Así comienza "La cámara sangrienta", el primer relato de los diez que componen el libro y que le da título al libro, basado en el "Barba Azul" de Perrault. Pero hay más, mucho más. En "La Cámara Sangrienta" nos encontramos con relatos hermosos e inquietantes. El primero, más rico en detalles, se acerca a la literatura del Marqués de Sade con alusiones a Baudelaire en un gótico medieval contextualizado en pleno siglo XX. Entre otros, podemos encontrar dos versiones de "La Bella y la Bestia" o una de "El gato con botas" que poco tiene que ver con el cuento original. Con una ágil prosa, Carter se adentra en la licantropía con "El hombro-lobo" (su adaptación de Caperucita Roja) y “Lobalicia”, protagonizado por una Alicia a través del espejo de aspecto lobuno junto a un duque vampírico aún más terrorífico que el de Stoker.
Los relatos de "La Cámara Sangrienta" están escritos con una belleza oscura y siniestra. La pluma de Carter tiene una sensibilidad exquisita, impregna cada cuento de elementos sensibles provocadores y perfumados. Exagera la feminidad de su prosa con rosas rojas y mujeres pálidas, voluptuosas descripciones y un lenguaje evocador. Las mujeres de Carter parecen excitarse en el sometimiento sadomasoquista. Los hombres son símbolo de muerte y castigo y, sin embargo, la verdadera destrucción se encuentra en las manos de la mujer. La sangre ahoga la narración al igual que la gargantilla de rubíes ahoga a la joven esposa del relato que abre la colección.
Toda la narración esta dominada por la búsqueda y descubrimiento del exceso y el placer, la sangre y el sexo, la muerte y la violencia. Angela Carter hace explícito aquello que está más arraigado en la naturaleza humana, aquello que aún nos conecta con los animales y nos aterra. Por eso el recurso a la metamorfosis y los híbridos le resulta tan eficaz. Las sombras que acechan en el libro, exquisitamente exhibidas, son las que acechan en los placeres más íntimos. En este punto no existe diferencia entre géneros: hombres y mujeres son, por igual, sujetos de deseo. Angela Carter pone en nuestras manos la llave de La Cámara Secreta, una mirada poética a los discursos culturales que nos impregnan y una obra para el disfrute de los sentidos.
Sentidos que se ven ampliados con las excelentes ilustraciones de Alejandra Acosta que se adapta perfectamente al tono del libro: si Carter hace una relectura de materiales ya existentes, Acosta hace lo propio creando collages de viejos grabados. El resultado es exactamente el mismo: una variación desde un punto de vista moderno. Las ilustraciones de Alejandra Acosta condensan perfectamente los colores de la narración; el blanco de la pureza y la inocencia, el negro de la oscuridad y el misterio; y el rojo de la sangre y la pasión.
En definitiva, "La cámara sangrienta", es un libro de terror gótico cargado de sensualidad donde Angela Carter nos da su propia versión de los cuentos de hadas y la tradición folclórica. Si además compras la edición de Sexto Piso, tendrás en tu biblioteca toda una joya ilustrada. Así que si te gusta el terror clásico y las ediciones cuidadas, ¿a qué estás esperando para hacerte con este volumen?
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