13 de junio de 2018

La solitaria pasión de Judith Hearne

Autor: Brian Moore                                                                                          Editorial: Impedimenta                                                                                              Nº páginas: 320


"Dame un gran dolor, una enfermedad horrible, lo que sea, pero acompañada. Dame a alguien con quien compartirlo".

Quien reza a Dios así, es la solitaria Judith Hearne, una mujer de mediana edad que solo desea una cosa en su vida, la presencia silenciosa de un corazón latiendo en la oscuridad junto al suyo, antes de que sus años la hagan caer en ese profundo pozo de la soledad, a la que parece estar irremediablemente condenada, la señorita Judith Hearne, cuya vida es bastante peculiar y monótona ya que transcurre de pensión en pensión sin otro aliciente que la bebida y la fe católica.

A través de ella, Brian Moore construye un retrato de la conservadora y muy católica sociedad irlandesa de la posguerra, una feliz excusa para hacer una crítica feroz de la hipocresía, la doble moral y los convencionalismos sociales que dominan a la misma y que a su vez sirve a éste para desplegar una compleja estructura narrativa a través de la que nos introducimos en el particular infierno de Hearne.

Ambientada en Belfast en los años cincuenta, "La solitaria pasión de Judith Hearne" es una novela sobre el aislamiento social. Sobre la profunda soledad que genera los mendigos de ternura ávidos de migajas de afecto. Llegado un momento, a Judith cualquier persona le valdría. Una amiga de verdad, un hombre que pudiera quererla de manera sencilla. Una presencia afectiva que le dedique una palabra amable, que quiera conversar un rato con ella, que la acompañe del brazo a la iglesia, que le abracen, que la miren, que le hablen, pero en el sentido más afectivo de la palabra.


Si algo brilla en esta novela, es la deriva de la propia Judith. Una mujer que se nos presenta como fría, prudente y formal y que poco a poco nos va mostrando una trastienda de soledad e indefensión que la hace entrañable. El estilo indirectamente libre del que se sirve el autor es el vehículo perfecto para ir desvelando poco a poco a la verdadera Judith, una mujer que trata de guardar las apariencias incluso ante sí misma, pero que cada vez más va dejando adivinar su miseria, su desamparo y su tristeza. Imposible no sentir pena por esta mujer, un personaje repleto de humanidad y fragilidad, con el que pasamos rápidamente de la risa al drama.

Con esta novela, Brian Moore consigue una turbadora, elegante y descarnada novela sobre los estragos que puede causar la soledad en una mujer débil y honesta que esconde en lo más profundo de su inocencia, como la mayoría de nosotros, una inconfesable y abrumadora necesidad de afecto.

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