23 de junio de 2018

Žilda


Lo bello es siempre extraño


Neorrealismo italiano, renacimiento, costumbrismo social, mitología griega, arte sacro, las referencias del artista callejero Žilda, son muchas y variadas. Sus obras están impregnadas de un lirismo social, con el que refleja tanto su estado emocional como muestra su opinión sobre lo que sucede a su alrededor. 


Realizadas a base de óleo y acrílico sobre papel, el trabajo Žilda crea un arte que rompe todos los esquemas dentro de la historia del mismo pues es un artista urbano con tintes renacentistas. Introduce residuos de lo clásico en un discurso contemporáneo que logra conjugar todo de manera tan perfecta, que parece que somos parte de una puesta en escena.

           

En el arte de Žilda no existe la obsesión artística por la originalidad, sus temas son obras que ya existen reinterpretadas y expuestas en lugares públicos para ojos que nunca han conocido, o ya han olvidado, la belleza de las obras de arte del pasado. El contraste de su arte en el espacio público-urbano se puede encontrar en una azotea sucia de Lisboa, dentro de un callejón transitado en Nápoles o en alguna construcción abandonada de París; dignos escenarios de metrópolis para representar un lirismo social y adaptar la poesía a sus creaciones tanto por la simbología como por los títulos que da a sus obras.


Con ello, Žilda parece querer reivindicar el arte clásico al público contemporáneo, y a la vez transformar el concepto mismo de ese arte adaptándolo a una realidad más actual. "Mi arte se inspira en que la gente de la vida cotidiana pueda apreciar un estilo clásico del arte sin un boleto de museo" explica el artista, y es aquí donde nos damos cuenta de que los escenarios escogidos para exponer sus obras, están perfectamente estudiados para lanzar el mensaje deseado, para enaltecer el arte clásico y a la vez criticar el mundo moderno con sus fastuosos museos solo al alcance de unos cuantos. Zilda entra así en una nueva dimensión, la del Activismo, y se reivindica además, no solo con su seudónimo artístico, sino en la careta que le acompaña en todas las filmaciones y oculta su rostro.
        
           

Žilda es un artista de suburbios, por eso las obras de Žilda suelen encontrarse en lugares de difícil acceso. Él no es muy partidario del posicionamiento del Street Art que busca visibilidad a toda costa. Su pintura es efímera y desaparece con el tiempo, de ahí que la parte fotográfica marque un punto importante en todo el proceso. 

            

Lo suyo es sobre todo para complacerse, para contar historias en lugares que le hablan. Pero no todo gira solamente en torno a la pintura expuesta, la escenografía es una parte fundamental en el concepto acabado de la obra. Todo el atrezzo ya sea en pinturas aleatorias al lado de la imagen, ya sea escombros que se encuentran en el lugar elegido para su exposición, o ya sean los objetos pensados a priori y colocados estratégicamente, todo forma parte del mensaje final.










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