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En "Los demonios de Loudun" hay sexo, religión, fe, venganza y política en un complejo entramado que nos lleva a comprender las circunstancias en que se produjo uno de los primeros casos de sugestión satánica colectiva. En esta obra ahora clásica del legendario Aldous Huxley (una extraordinaria historia real de obsesiones religiosas y sexuales que muchos consideran su obra maestra de no ficción) revive para ser clarificado un episodio histórico sencillamente irresistible en su oscuro atractivo.
"Los demonios de Loudun" es una interesante obra de no ficción que nos cuenta el caso real de posesión de unas monjas ursulinas en el siglo XVII y la del sacerdote acusado de seducción por obra del diablo. Poseídas según ellas por el demonio, pero según el planteamiento del autor Aldous Huxley, poseídas por la falta de verdadera devoción, el fanatismo, los alcances de la psique humana y, sobretodo, por los increíblemente poderosos alcances de la corrupción eclesiástica y del estado de aquella época.
Todo comienza cuando a la ciudad francesa de Loudun situada sobre una colina llega Urbain Grandier, un joven sacerdote jesuita que había cursado estudios superiores de teología y filosofía. A sus veintisiete años era un hombre de apariencia seductora y con grandes capacidades sociales. No le costaba hacerse con la gente. Sin embargo también tenía un gusto más afinado y sobrepasando lo meramente pastoral por sus feligresas. Así las aventuras de Grandier con las viudas de Loudun pronto se convierten en la historia de un sacerdote cultivado y elegante que seduce a sus jóvenes feligresas, una priora con delirios de mística y un obispo herido en su orgullo buscando venganza; de fondo, la Francia de Descartes y Richelieu, que es preparada a conciencia para la monarquía absoluta. Estos resortes pusieron en marcha un monstruoso mecanismo de pasiones mórbidas, interesadas calumnias y ansias de poder.
La versión sentada por las actas del proceso proclamaba que Urbain Grandier, párroco de la iglesia de San Pedro en Loudon se había servido de sus poderes de hechicero, logrados por un pacto con el diablo, para endemoniar a toda la comunidad del convento de las ursulinas y así cometer con ellas actos impúdicos. La sentencia, de muerte en la hoguera, se cumplió el 18 de agosto de 1634.
"Los demonios de Loudun" además de ser una obra muy bien documentada, es un libro que nos lleva hacia la magia, el esoterismo, hacia la confusión psicológica de los personajes, a la brujería, a la histeria colectiva y a hechos, que ciertos o no, nos adentran a ese mundo demasiado oscuro y monstruoso: la mente humana y sus creencias; la función del Poder de unos sobre otros, las conveniencias políticas; y los estragos de la ignorancia. Aldous Huxley, no solo reconstruye ese acontecimiento sino que a la largo de la obra reflexiona y nos informa sobre los muchísimos aspectos que condicionaron la época donde una población entera sucumbió ante la histeria, la locura y la superstición.
Más allá del hecho histórico de la posesión, en este ensayo, Aldous Huxley repasa los muchos testimonios de la época para narrar los hechos en toda su complejidad y trata de hacerlos comprensibles pero manteniendo en todo el texto una gran profundidad filosófica, que nos deja ver la corrupción del corazón humano y de sus instituciones; nos entrega en bandeja de plata y espléndidamente narrado; hechos de fanatismo, de locura y de estupidez, realizados por seres que en su arrogancia se llaman dirigentes de los hombres, se llaman a sí mismos santos, dignos de castigar a sus siervos, de criminalizar a sus fieles y a sus devotos sin el más mínimo pudor o dolor del prójimo.
Ampliamente documentada y magistralmente narrada, la gesta de las monjas poseídas se convierten en manos de Huxley en una diatriba sobre la psiquiatría moderna, los gobiernos absolutos, la superstición o los resentimientos pueblerinos. Todos ellos ámbitos en los que el príncipe de las tinieblas se sigue encontrando más a gusto que nunca.