31 de julio de 2018

Los demonios de Loudon

Autor: Aldous Huxley                                                                  Editorial: Navona Ficciones           
Nº páginas: 430


En "Los demonios de Loudun" hay sexo, religión, fe, venganza y política en un complejo entramado que nos lleva a comprender las circunstancias en que se produjo uno de los primeros casos de sugestión satánica colectiva. En esta obra ahora clásica del legendario Aldous Huxley (una extraordinaria historia real de obsesiones religiosas y sexuales que muchos consideran su obra maestra de no ficción) revive para ser clarificado un episodio histórico sencillamente irresistible en su oscuro atractivo.
"Los demonios de Loudun" es una interesante obra de no ficción que nos cuenta el caso real de posesión de unas monjas ursulinas en el siglo XVII y la del sacerdote acusado de seducción por obra del diablo. Poseídas según ellas por el demonio, pero según el planteamiento del autor Aldous Huxley, poseídas por la falta de verdadera devoción, el fanatismo, los alcances de la psique humana y, sobretodo, por los increíblemente poderosos alcances de la corrupción eclesiástica y del estado de aquella época.
Todo comienza cuando a la ciudad francesa de Loudun situada sobre una colina llega Urbain Grandier, un joven sacerdote jesuita que había cursado estudios superiores de teología y filosofía. A sus veintisiete años era un hombre de apariencia seductora y con grandes capacidades sociales. No le costaba hacerse con la gente. Sin embargo también tenía un gusto más afinado y sobrepasando lo meramente pastoral por sus feligresas. Así las aventuras de Grandier con las viudas de Loudun pronto se convierten en la historia de un sacerdote cultivado y elegante que seduce a sus jóvenes feligresas, una priora con delirios de mística y un obispo herido en su orgullo buscando venganza; de fondo, la Francia de Descartes y Richelieu, que es preparada a conciencia para la monarquía absoluta. Estos resortes pusieron en marcha un monstruoso mecanismo de pasiones mórbidas, interesadas calumnias y ansias de poder.

                                                                                                                                                                                                                La versión sentada por las actas del proceso proclamaba que Urbain Grandier, párroco de la iglesia de San Pedro en Loudon se había servido de sus poderes de hechicero, logrados por un pacto con el diablo, para endemoniar a toda la comunidad del convento de las ursulinas y así cometer con ellas actos impúdicos. La sentencia, de muerte en la hoguera, se cumplió el 18 de agosto de 1634.


"Los demonios de Loudun" además de ser una obra muy bien documentada, es un libro que nos lleva hacia la magia, el esoterismo, hacia la confusión psicológica de los personajes, a la brujería, a la histeria colectiva y a hechos, que ciertos o no, nos adentran a ese mundo demasiado oscuro y monstruoso: la mente humana y sus creencias; la función del Poder de unos sobre otros, las conveniencias políticas; y los estragos de la ignorancia. Aldous Huxley, no solo reconstruye ese acontecimiento sino que a la largo de la obra reflexiona y nos informa sobre los muchísimos aspectos que condicionaron la época donde una población entera sucumbió ante la histeria, la locura y la superstición.


Más allá del hecho histórico de la posesión, en este ensayo, Aldous Huxley repasa los muchos testimonios de la época para narrar los hechos en toda su complejidad y trata de hacerlos comprensibles pero manteniendo en todo el texto una gran profundidad filosófica, que nos deja ver la corrupción del corazón humano y de sus instituciones; nos entrega en bandeja de plata y espléndidamente narrado; hechos de fanatismo, de locura y de estupidez, realizados por seres que en su arrogancia se llaman dirigentes de los hombres, se llaman a sí mismos santos, dignos de castigar a sus siervos, de criminalizar a sus fieles y a sus devotos sin el más mínimo pudor o dolor del prójimo.


Ampliamente documentada y magistralmente narrada, la gesta de las monjas poseídas se convierten en manos de Huxley en una diatriba sobre la psiquiatría moderna, los gobiernos absolutos, la superstición o los resentimientos pueblerinos. Todos ellos ámbitos en los que el príncipe de las tinieblas se sigue encontrando más a gusto que nunca.

28 de julio de 2018

La niña y su doble

Autor: Alejandro Parisi                                                                  Editorial: Lumen                                                                      
Nº páginas: 272



Tengo por seguro que para muchos lectores como yo, leer novelas sobre el holocausto judío y los crímenes nazis nos producen una extraña combinación de rechazo y fascinación por la crudeza de ese triste período de la Historia de la Humanidad. Pero pese al rechazo inicial siempre nos resultan atractivos los títulos en los que los autores nos ofrecen historias con nombres y apellidos, que nos invitan a reflexionar, porque jamás piensa uno que lo que lee pudiese haber ocurrido realmente pero, como bien sabemos, la realidad supera con creces a la ficción, y esto lo podemos comprobar en "La niña y su doble", un brillante relato novelado de Alejandro Parisi sobre las vicisitudes por las que pasó la niña judía Nusia Stier para sobrevivir al horror nazi.
El lector tendrá ante sí una narración dura, emotiva y desgarradora. Una historia de lucha por la vida cuando la muerte acecha en cada esquina, una obra honda y conmovedora que escoge la ficción para hablarnos de la realidad de Nusia Stier, la heroína de ésta novela, una niña que intentará resistir junto a su familia las embestidas nazis. Crecerá entre el ruido de las bombas y el silencio de las ausencias, y deberá abandonar su ciudad, su familia, su lengua y hasta su propio nombre. Se transfigurará en otra niña para seguir los consejos de su padre: callar, rezar, mentir. Con valor y con astucia, adoptará la identidad de Slawka y recorrerá la Europa arrasada, alejándose de los suyos y adentrándose en las fauces del Tercer Reich. Será Ucraniana, será católica, será hija adoptiva de un héroe de guerra capaz de matar a veinte mil judíos en una misma noche... Nusia hará cualquier cosa para cumplir la promesa que le hizo a su padre: sobrevivir a la barbarie.


Aunque la novela está estructurada en 35 capítulos más un epílogo, diría que en ella nos encontramos con tres partes bien diferenciadas: en la primera de ellas el lector presencia todo lo que sucede en Lwow, desde el momento en el que los rusos invaden la ciudad hasta que es tomada por los nazis. En esta parte es el Rudoph, el padre de Nusia Stier, quien tiene un papel más predominante y decisivo en el futuro de la niña en esa fase de la trama.
En la segunda y tercera partes entra en escena otro personaje destacado de la novela: Claudia, la esposa del general Marko Bezruchko, que la adoptará en el orfanato en el que estaba internada y cuidará de ella como si fuera su madre hasta el final de la guerra, donde "madre" e "hija" deberán afrontar la inevitable y dolorosa separación, porque ante todo Claudia tenía claro que Nusia debía volver con su madre biológica.


Quizás es esta tercera parte la que más me impresionó de "La niña y su doble", porque en ella me encontré con rasgos propios de una novela de espionaje, con el plus de interés que esto supuso para mi y, pese a que la guerra ya había terminado, me tenía en vilo todo lo que ocurría en torno a la protagonista, ante la persecución de la que era objeto por parte de los ucranianos, sabedores de la información que poseía y temerosos de que pudiera delatarlos. Creo que esta es la parte más trepidante de la novela, en la que diría incluso que tiene ritmo de thriller, y en la que nos encontramos con un personaje histórico que le ayudará a que logre reencontrarse con su madre biológica en Polonia

Emotiva y real es como resumiría el relato escrito por Alejandro Parisi. Un libro que vale la pena leer, y que muestra una de las caras de la infamia más grande y dolorosa de la historia mundial contándonos la supervivencia de Nusia y seremos testigos de todo lo que tiene que llegar a pasar, tanto en su interior como en el exterior, para conseguir salir viva de todo lo que está sucediendo. Una historia dura, cruel y real pero con el toque de infancia y el paso de madurez de una niña que toma difíciles decisiones en su vida.

27 de julio de 2018

COMIC BOOK CONFIDENTIAL

La historia de la "historieta"                                             Autor: Ron Mann                                                                                                  Documental (1988)


Es una verdadera lastima que este documental solo abarque hasta el año 1988, y eso nos priva de grandes glorias actuales como (Neil Gaiman y su "The Sandman" o Peter Bagge y su "Odio" que cuenta las andanzas del post- adolescente y semialchólico Buddy Bradley y que decir del mago Alan Moore y sus "V de Vendetta" o "Watchmen". 

Pero vayamos al asunto. Este maravilloso documental de Ron Mann nos expone toda la historia del cómic desde sus inicios hasta 1988. En la cinta encontraremos los nombres clave que todo aficionado al cómic debería conocer. Desde maestros como (Eisner, Crumb..) hasta (Charles Burns, Spain..), pasando por viejas glorias de la viñeta más heroica (Jack Kirby, Stan Lee..), el film da un exhaustivo repaso a la evolución del medio y a la gente que lo ha hecho posible, todo en boca de sus protagonistas, algunos de ellos ya fallecidos, por lo que su visionado se convierte en un agradable viaje nostálgico para los que echen de menos el arte de los que ya no están y el saber de gente que lo ha dado todo por sus ideas en tiempos en los que ser dibujante de cómic era poco más que un trabajo mal pagado, sin futuro, y de dudosa reputación.


Macario Gómez Quibus (Mac)


Cuando el cartel se hizo arte 


El pasado 20 de Julio nos dejaba para siempre Macario Gómez Quibus más conocido por (Mac), uno de los cartelistas cinematográficos más significativos del panorama español e internacional. Durante los más de treinta años que el autor estuvo en activo fue la firma de mayor calado, la más admirada del panorama del cartelismo español.  Títulos como; "Los 10 mandamientos", "Doctor Zhivago", "La muerte tenía un precio", "Con faldas y a lo loco", "Psicosis" o "Casablanca". Todas estas películas y otras muchas como "La tentación vive arriba", "El hombre tranquilo" o "Un tranvía llamado deseo", tienen una cosa en común, tienen el sello y la firma de Mac. Miles de títulos; creaciones que, en su mayoría, alcanzaron amplio reconocimiento en el ámbito cinematográfico, muy especialmente en el del espectador que era en definitiva el destinatario final.

        

La vida de MAC está llena de casualidades que lo llevaron poco a poco a convertirse en el mejor cartelista de cine de España y parte del extranjero. Desde el hecho de que su hermana entrará a trabajar a casa de una familia relacionada con el estudio de diseño Domínguez, que se encargaba de la decoración y la publicidad en prensa de los cines de la capital catalana; hasta el hecho de que la distribuidora Tandem Films viniera a montar su oficina en el mismo edificio donde vivía con su mujer. 

         

Un día, subiendo las escaleras, ella tuvo la oportunidad de ver los carteles que colgaban de las paredes de la distribuidora y, ni corta ni perezosa, les dijo: -"Mi marido hace unos carteles mucho mejores que estos"-. Y así empezó su relación con el cartel de cine, con la Metro Goldwyn Mayer, con United Artist, con la Twenty Century Fox… y a firmar sus carteles como MAC.

        

El gran éxito le llegó de la mano de la Paramount con "Los Diez Mandamientos". Le encargaron un cartel impresionante en el que estuvo más que a la altura. Tanto es así, que el mismísimo Charlton Heston quiso conocerle para felicitarle personalmente y tuvo colgado en su despacho una obra que le regaló Macario hasta su muerte. 

      

No era su único admirador, entre sus más fervientes fans había nombres como Salvador Dalí, Marlon Brando, Sophia Loren, Kirk Douglas o George Lucas al que le gustó tanto el cartel que Mac hizo para "American Graffiti" que quiso contar con él para "La Guerra de las Galaxias". Al final, por problemas de tiempo y producción, no pudo llevar este encargo a término. 


El talento de Macario era tal que en dos ocasiones le ofrecieron un trabajo muy bien pagado en Estados Unidos. Sin embargo, aquellos eran otros tiempos, y este artista decidió quedarse en su tierra y junto a su familia. Aquí, en España, cobraba 1.000 pesetas por cartel. Con el tiempo (e incluso un poco de regateo), llegó a cobrar 3.000, por lo que era feliz.


      

Dotado de incomparable fuerza expresiva, aunque en la mayor parte de las ocasiones no tuvo otro remedio que atenuarla (el corsé de la industria es, y era demasiado estrecho para veleidades más arriesgadas). Aún así, nunca bajó los brazos. Por eso pasará a la historia del cartelismo cinematográfico como uno de los creadores de mayor ambición artística. 

      

En sus carteles distinguimos valores de difícil coincidencia en otros autores. De un lado su inconformismo creador, cualidad que evitó el amaneramiento de sus composiciones; también que éstas se ciñeran a un estilo gráfico predeterminado. Mac siempre luchó por dar lo mejor de sí mismo, escarbando constantemente en su interior en busca de nuevas fórmulas de expresión.


       

Con los 80 llegó el vídeo y, con él, la crisis a las salas de cine. Ya las productoras no querían gastar tanto en sus carteles y recurrían a la fotografía. Si no puedes con el enemigo, únete a él. Eso dicen los sabios. Y como buen sabio Macario decidió ilustrar con sus pinturas carátulas de vídeo. Para él seguían siendo carteles, y los trataba con el mismo mimo y el mismo nivel de exigencia. 

       

Sus registros creativos fueron infinitos, lo que le permitió una versatilidad gráfica de análoga brillantez en todo tipo de géneros. Ningún otro autor logró tal magnitud en el conjunto de obra. Y no sólo desde la cantidad, sino también desde la calidad visual y poder de seducción... Descanse en paz:








22 de julio de 2018

The Florida Project OK

The Florida Project
Director: Sean Baker
Reparto: Brooklynn Prince, Willem Dafoe, Bria Vinaite, Caleb Landry Jones, Mela Murder,Valeria Cotto, Christopher Rivera, Macon Blair, Sandy Kane...
Guión: Sean Baker, Chris Bergoch
Fotografía: Alexis Zabé

Tras el visionado de esta "pequeña" sencilla y conmovedora historia, es imposible no amar a "The Florida Project" por lo que es, uno de esos brillantes y refrescantes filmes independientes que logran hacerse un hueco destacado entre las grandes superproducciones de Hollywood llenas de testosterona pero vacías de contenido.

Tras este titulo se esconde Sean Baker, un director empeñado en retratar con crudeza, realismo y humanidad a criaturas marginadas, a individuos de los estratos más bajos de la sociedad estadounidense, que rara vez se ven representados en los medios. En esta ocasión Baker pone el foco en el desconocido y desolador submundo que se desarrolla en los moteles de mala muerte que circundan DisneyWorld, en Orlando (Florida). Allí, a pocos kilómetros del "lugar más feliz de la Tierra", familias con escasos recursos sobreviven como pueden.

En este entorno se desenvuelve la gran estrella del largometraje, la pequeña Moonee, una niña de 6 años vital, enérgica, revoltosa, traviesa y a menudo insolente que se divierte y disfruta junto a sus amigos haciendo trastadas inocentes, comiendo helados, vendiendo perfumes ilegales con su madre a los multimillonarios en los campos de golf para su supervivencia diaria, tirando escupitajos a los coches desde la barandilla para pasar el rato sin ser apenas consciente de la miseria que la rodea, lo que hace de este relato un ácido y en algún momento hasta gracioso y adorable film, sin caer nunca en el brochazo gordo del llanto y la sensiblería gratuita.

La película funciona como un documental agudo y lleno de grandes momentos que brillan por su cotidianidad. La actuación de los chavales es fresca, casi amateur, pero creíble gracias al trabajo de Willem Dafoe como conserje del motel y de la intérprete de Halley, Bria Vinaite, a quien el director encontró a través de las redes sociales. De hecho, ella y la pequeña Moonee son el alma de la cinta y a la vez la relación que más conflictos genera en el espectador. Es fácil juzgar a una veinteañera drogadicta e iracunda, a la que no le importa atiborrar a su hija de seis años de golosinas durante meses o dejarla en la habitación sola para irse de fiesta. Lo difícil es lo contrario, y por eso existe el personaje (nominado al Oscar) de Willem Dafoe. Él es el único que sabe que Halley quiere a su hija por encima de todas las cosas y que sin ella no sería capaz de vivir. Pero casi nunca lo que queremos es suficiente. Y eso no lo dicta un guion retorcido; es la realidad.

Hay pocas películas en las que los niños estén tan naturales como Brooklynn Prince, dueña de un desparpajo, una gracia y un descaro absolutamente arrolladores. El hecho de que los actores no sean profesionales fortalece la impresión de autenticidad absoluta. Pero también una estrella como Willem Dafoe encaja perfectamente en el conjunto. Su figura externa sirve como una especie de brújula moral: mira con compasión a la pequeña Moonee y a su madre Halley, trata de salvar al dúo madre-hija de lo peor y finalmente tiene que verse impotente ante el desarrollo de los acontecimientos que Seam Baker impone a sus personajes mientras usa con maestría los recursos cinematográficos para que veamos con los ojos de sus pequeños protagonistas. Y ver con los ojos de esos niños (antes de que sus miradas se vuelvan precozmente desconfiadas y afiladas) supone sacar de la ecuación las variables que más suelen dañar los retratos de los entornos desfavorecidos y las infancias amenazadas: la compasión, los juicios morales y la aflicción. Aquí no hay nada de eso. "The Florida Project" tiene una dimensión sociopolítica, pero está a años luz del cine social rancio, moralista y sensacionalista.

20 de julio de 2018

Eric Drooker

Flood! y el expresionismo en el cómic



Según Scott McCloud (autor, ensayista y teórico del cómics), el cómic son "ilustraciones yuxtapuestas en una secuencia deliberada, con el propósito de transmitir información y obtener una respuesta estética del lector". Esta definición tan académica y tan poca clarificadora, hace hincapié en los dos principales elementos sobre los que el cómic se asienta: el dibujo y el texto. Como ya sabemos, esta combinación de textos y dibujos se erige como la herramienta fundamental sobre la que se sustenta el 9º arte, desde que es consciente de sí mismo como medio artístico, no obstante, no es imprescindible recurrir a ella para que esta narrativa funcione con normalidad. 

Es evidente que crear un cómic mudo no está al alcance de cualquiera y eso lo sabe muy bien el "maestro" Eric Drooker, un pintor, novelista gráfico, y artista de muchas de las portadas del "The New Yorker". Además de ser el ilustrador de la película y poema "Aullidos" de Allen Ginsberg.

     

Drooker creció en Stuyvesant Town en Manhattan, al lado del Lower East Side, que era entonces un barrio de inmigrantes de clase obrera con una tradición de izquierda y activismo político. Pronto desarrollo el interés por las artes gráficas y los dibujos animados, sobre todo las novelas de grabado en madera de Frans Masereel y Ward Lynd y el cómic underground de Robert Crumb. 


Sus inicios como artista callejero mostró abiertamente su postura en la política con carteles provocativos que se han convertido en símbolos de protesta alrededor del mundo. No obstante, su trabajo está marcado por un estilo único que incluye siluetas en movimiento, matices intensos y un excelente humor negro. Sus dibujos son impresionantes. Sin ser excesivamente violento, sus trazos arremeten contra el individuo de la sociedad actual, enmarcados siempre bajo los rascacielos neoyorquinos...



Sus primeros trabajos fueron publicados en revistas de izquierda y en varias publicaciones underground. Pero con el tiempo comenzó a vender las ilustraciones de las publicaciones, y se hizo mas conocido como caricaturista en su cuento "L". Su primera novela gráfica sería "Flood!". Una excelente novela en imágenes y sin palabras, donde se narra la lucha de los ciudadanos impotentes en contra de la autoridad, que ganó un American Book Award. Sus dibujos reflejan su actitud hacia la vida cosmopolita con un estilo personal que ha cautivado a los mismísimos gerifaltes del "The New Yorker" en numerosas ocasiones.


Pero ya que estamos aquí, hablemos un poco del excepcional "Flood!", un libro precedido por sus copiosas críticas positivas, pero del que apenas sabía nada más que algunos trabajos del autor. Lo poco (poquísimo) que había visto me había puesto en guardia, ya que me parecía más próximo a la ilustración que a la historieta. Un error de apreciación garrafal que se desmonta nada más abrir la primera página, porque Drooker hace bastante más que una historieta: realiza un extraordinario ensayo sobre la secuencia gráfica combinado con un ejercicio de expresionismo brillante y emocionante. Las tres historias que incluye el libro editado por Dark Horse son un ejemplo de poesía visual desbordante donde forma y fondo se unen sin solución de continuidad, estructurando un discurso único donde uno no tiene sentido sin el otro.