Frantz (2016)
Director: François Ozon Reparto: Paula Beer, Pierre Niney, Johann von Bülow, Marie Gruber, Ernst Stötzner,Cyrielle Clair, Alice de Lencquesaing, Anton von Lucke. Guión: François Ozon, Philippe Piazzo. Fotografía: Pascal Marti
"Nadie puede librar a los hombres del dolor, pero le será perdonado a aquel que haga renacer en ellos el valor para soportarlo". Esta cita de la escritora sueca Selma Lagerlöf sirve muy bien para presentar la película de François Ozon, donde la culpa, el perdón y la necesidad de redención son sometidas al análisis del director francés. La película es un remake de una de las obras maestras más desconocida de Ernst Lubitsch "Remordimiento" (1932) interpretada por Lionel Barrimore. Ozon retoma aquel guión, lo recrea y busca una deriva propia. La anécdota principal está allí: la redención personal y social.
Con un hábil planteamiento, Ozon ha hecho que no añoremos aquella película y le ha dado un tono actual, evitando excesos sentimentaloides. En ambos casos, lo que nos presentan ambos directores con tres cuartos de siglo de distancia, es el testimonio de la guerra vista por los que no tenían nada que ganar ni que perder con ella y que, paradójicamente, fueron los que pusieron a los muertos. "Frantz" nos sumerge en una atmósfera de tristeza y de dolor que embarga a una Alemania cuyos habitantes sienten todavía de lleno el dolor de los familiares muertos, sobre todo hijos, en la recién concluida contienda.
Es en este entorno tan terrible un forastero francés (Pierre Niney) llega a un pequeño pueblo de Bavaria para depositar flores sobre la tumba de Frantz Hoffmeister, muerto en el frente de batalla. La primera en advertirlo es Anna (Paula Beer), la prometida de Frantz. Visiblemente atormentado, ese joven francés, arquetipo del sufriente romántico, quiere acercarse con alguna excusa a la familia de Frantz, pero el padre del muchacho muerto, que es médico, inicialmente lo rechaza. El soldado francés, busca, simplemente, hacerse perdonar por los padres y la novia de aquel oponente al que ha matado en cumplimiento de su deber. Y ese es el verdadero eje de la cinta: la idea del perdón. El protagonista lo necesita como necesita el oxígeno para respirar.
Los escenarios lucen majestuosos y cenicientos, lugares en construcción tras el arrollador paso de la guerra. Incluso cuando estos espacios son sórdidos o decadentes, hay poesía interna en el conjunto. Ozon narra con habilidad juguetona, y dibuja el pasado de Frantz dando tanta dignidad, dentro de su historia, tanto a museos como a hoteles de dudosa reputación. Todos forman parte del eco del pasado, de la vida de Frantz, llena de hermosos y poderosos contrastes.
Ozon conduce a sus personajes por un destructivo sendero en el que la verdad es otra víctima de la barbarie. Los personajes son arrastrados por el recuerdo, por la imagen de la memoria. Durante esta historia de desencuentros, Ozon nos invita a la poesía, al arte, a la música, a la intimidad de los protagonistas, defendidos de manera brillante por Pierre Niney y Paula Beer, acompañados de un exquisito plantel de secundarios. Película de ritmo y tono inquebrantable, resulta una experiencia diferente y hermosa, gracias al gran trabajo de Ozon tras la cámara.
Frantz será apreciada por los amantes del cine romántico no acaramelado, los degustadores de dramas sin estridencias o quienes sienten que cien años después hace falta extraer todas las consecuencias de aquel conflicto para evitar que otras guerras vuelvan a convertir Europa en un continente ensangrentado.
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