13 de marzo de 2018

La sombra de una duda

(Shadow of a Doubt) 1943                                                  Director: Alfred Hitchcock                                                                                  Reparto: Joseph Cotten, Teresa Wright, Macdonald Carey, Patricia Collinge, Henry Travers, Hume Cronyn, Wallace Ford, Janet Shaw, Estelle Jewell.          Guión: Thornton Wilder, Alma Reville, Sally Benson                          Fotografía: Joseph A. Valentine   


Joseph Cotten, era un actor tan versátil como injustamente olvidado por Hollywood. Ni siquiera en su momento tuvo estatus de estrella ni nunca le hicieron merecedor de un Oscar y sin embargo tiene en su filmografía películas inolvidables y maravillosas como: "Ciudadano Kane", " El Tercer Hombre", " Niágara", "Jennie" o la magnifica y algo olvidada "La sombra de una duda" (posiblemente una de sus mejores interpretaciones), la cual nos servirá como excusa para recordar al actor y a la película.

El tema de la sospecha ha permanecido en el cine de Hitchcock como una constante, en esta película es llevado al extremo, la sombra de la duda no sólo tortura a la protagonista si no también, provoca los diversos atentados en contra de su vida. El culpable no solamente es un sospechoso como en las anteriores películas, en esta Hitchcock, tal vez a sabiendas de la predisposición de su espectador a esperar la inocencia del culpable, decide invertir su paradigma, convirtiendo al héroe en el verdadero culpable.


"La sombra de una duda" es una película de apariencia menor pero que era la preferida de Hitchcock y no es de extrañar, hablamos de la que probablemente sea la obra maestra más sutil de la filmografía de Hitchcock. Una película que comienza aproximando los mundos opuestos de dos personas llamadas Charlie… hasta que en cierta medida una deba morir para que la otra viva, cuando ya está preparada para mirar la realidad diaria sin miedo y sin necesitar milagros extraordinarios que la hagan feliz.


"La sombra de una duda" es una interesante aproximación al tema del mal en el mundo y  la complejidad del amor. Es la historia de un asesino de viudas, que vuelve a casa de su hermana, casada y con tres hijos, para despistar a los detectives que andan tras su pista. En el hogar de su familia se reencontrará con su querida sobrina mayor, una adolescente que le adora y con la que parece tener un vínculo especial. No obstante, su particular relación cambiará cuando ella descubra que es el principal sospechoso de una serie de crímenes. Con este argumento, Hitchcock realiza un estupendo filme de suspense con uno de los psicópatas más simpáticos de la historia del cine. Porque lejos de ser un hombre de apariencia siniestra, el tío Charlie es un tipo elegante, dueño de un humor ácido, inteligente y un verdadero encanto en cualquier reunión social, y sin embargo, bajo su fachada, se esconde un tipo verdaderamente malvado.


Sus primeros minutos ya ponen de manifiesto que el realizador era una verdadero hombre de cine, capaz de ir más allá de lo que aparece en el guion. Gran parte de la relación entre el asesino y su sobrina queda patente en sus miradas. En un principio, ella parece verle casi como un amante y él es consciente de esa atracción. Sin embargo, una vez que la adolescente vaya descubriendo el secreto de su tío, sus ojos expresarán recriminación hacia ese hombre que tenía idealizado. Por su parte, él le dirigirá unas miradas cada vez más amenazantes. Pero como ya nos tiene acostumbrados Hitchcock contrapone la amenazante figura del tío Charlie con sus pequeñas gotas de humor sabiamente dosificadas en la pequeña Ann, una niña muy agrandada, ávida lectora, por momentos impertinente, es una mujercita en cuerpo de niña, y el fastidioso hermano pequeño Roger.


En su inmensa sabiduría, Hitchcock muestra al espectador lo que es preciso para generar inquietud y esconde lo que sólo se debe intuir con la imaginación: unos billetes caídos en el suelo que aportan misterio, un primer plano de un recorte de periódico que sobresale del bolsillo o de un anillo convertido en prueba, una copa que se cae sobre el mantel o unas manos nerviosas que retuercen un papel que anuncian tragedia, junto a inteligentes diálogos con doble lectura según quien lo dice y quien lo escucha y que levantan sospecha en uno y tensión en otro. Para ello Hitchcock despliega un estupendo dominio de la cámara, se mueve con una seductora sutileza, se acerca, se aleja, se desliza delicada pero decididamente siguiendo a los protagonistas, a la acción, hasta se eleva o desciende lentamente en determinado momento, movimientos tan extraordinarios como el poderoso contrapicado de Charlie tío que desde arriba de una escalera, observa hacia abajo a Charlie sobrina, descorazonada, empequeñecida por la dura realidad de su tío.


Y si las maravillas técnicas de nuestro orondo realizador no son suficientes para que este titulo merezca un mayor reconocimiento, tenemos la enorme figura de un excepcional Joseph Cotten, uno de esos actores que realzan el film con su sola presencia y clase al ser capaz de reflejar en su rostro cualquier tipo de sentimiento sin recurrir al histrionismo. Y que decir de la no menos maravillosa Teresa Wright, que consigue mostrar perfectamente la evolución del personaje desde la inocente y tierna adolescente hasta una joven menos ingenua que muestra con dulzura y extrañeza sentimientos encontrados de amor, terror y repulsión hacia el siniestro pero encantador tío Charlie, encarnado por un elegante Joseph Cotten caballero de pelo ondulado y mirada franca (tan franca que podía volverse turbia…, él era perfecto para personajes desengañados, para enamorados de imposibles y para malvados bajo un rostro de caballero honrado). Versátil como pocos, podía ser encantador o complejo…, pero sin duda Cotten fuera protagonista o secundario dejaba huella en la pantalla.

¿Que más podemos decir? Buenas actuaciones, un director titánico tras la cámara que derrocha maestría en todos los fotogramas, configuran una cinta muy atractiva, que los fanáticos del gran Hitchcock podemos, y debemos, disfrutar en grande.


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