30 de noviembre de 2016

RADIO BIRDMAN

"Los australianos hombres pájaros"


La extensa biografía de la mejor banda australiana por primera vez disponible en castellano. 300 páginas con la historia de la banda de rock & roll más excitante de las antípodas. Con prólogo por Jaime Gonzalo (director de la mejor revista rock publicada en España: Ruta-66). Una introducción especial por la autora del libro, Vivien Johnson, para esta edición. Apéndice con las novedades que han tenido lugar desde que se editó el libro original en 1990 hasta hoy. Índice onomástico. Discografía revisada y actualizada. (todo ello envuelto en un precioso "paquetito" en forma de libro)
Estos rebeldes de Sidney supieron dotar de lujuria y energía a una escena musical, la australiana, que con anterioridad a Radio Birdman apenas existía. Eso sí, no esperen ustedes que aparezcan en ningún documental sobre el rock australiano... ni mucho menos mundial. Pues como Chris Masuak (guitarrista junto a Deniz Tek de la banda) acierta a decir: "fuímos un acontecimiento alquímico en una época en que la música era blanda y los músicos narcisistas". 

Eran otros tiempos, tiempos en que los Hombres Pájaro arrasaban en escena, contra todo y contra todos. Reconocidos como algo especial por un número relativamente pequeño de leales seguidores, reinan en el submundo del rock más auténtico y visceral haciendo méritos para convertirse en una banda de culto mundial. El parto ha sido duro, pero el estigma de los Stooges y MC5 sitúan a los Birdman entre el eslabón perdido que une el garage rock de los 60 y el punk de los 70. La historia de estos pioneros aussies, desde el tardío 1975 hasta nuestros días, está marcada por rupturas, reconciliaciones, valiosos grupos paralelos (Deep Reduction, The New Christ, New Race, Soul Movers,...), tributos, reediciones, antologías, una amplia e indudable influencia en diversos grupos de rock australianos (Celibate Rifles, The Saints, Hitmen, Lime Spiders, Hard-Ons, Asteroid B-612, Onyas, Hoodoo Gurus....) y en toda una leyenda rodeada de misterio que engorda a pasos agigantados con el paso del tiempo.
Toda fascinación es poca cuando se trata de hablar de una de las bandas más importantes de rock&roll de todos los tiempos. Ahí tenéis sus dos primeros LP, "Radios Appear" con el  anfetaminico surf de "Aloha Steve & Danno" 
o los revitalizantes coros de "more fun" de su disco "Living Eyes" para testimoniar el trascendental sonído de estos tremendos musicazos 
(su reciente último disco tampoco está mal, pero no resiste comparación alguna con sus predecesores). El desenlaze de toda su historia, que abarca desde principios de los 70 hasta finales de década, lo podéis leer ya traducida al castellano -grácias al impetu y las ganas del gran Jaime Gonzalo (periodista de los buenos, y co-director de la mejor revista rock publicada en España: Ruta-66)- simplemente titulada como el nombre del grupo: RADIO BIRDMAN (Vivien Johnson), radiografía exacta que se torna en lectura inedudible para todo el que quiera profundizar en la fabulosa leyenda birdmaniana surgida allende los mares, en la otra esquina del mundo.
Un apunte final... Es cierto que Radio Birdman nunca llegaron a convertirse en iconos del punk como The Ramones, y tampoco sus camisetas con su característico logotipo pueden encontrarse temporada tras temporada en las cadenas de tiendas de moda juvenil. Aunque como ocurre con todo, antes o después a alguien se le ocurrirá la idea. Radio Birdman seguirán en el underground irremediablemente porque su música nunca fue compuesta para las masas.
Ni falta que hace, "Descent into the Maelstrom"  es una máquina perfecta en torbellino noruego de una matemática precisión para ordenar la energía caótica en forma de música.


28 de noviembre de 2016

Béla Lugosi.

La sombra del Vampiro


Béla Ferenc Dezsó Blaskó, mas conocido por Béla Lugosi nació en un pueblo entonces perteneciente al imperio austro-húngaro llamado Lugoj. A pesar de pertenecer a una acomodada familia lidera por un banquero, al fallecer éste, el joven Béla tuvo que ponerse a trabajar en la mina a los 12 años. Tras su paso por la academia de teatro de Budapest y con apenas 19 años empezo a ser conocido en los escenarios y en 1915 a hacer sus primeras incursiones en el cine mudo.
Durante su participación en la primera guerra mundial recibiría un disparo en la pierna que le molestaría el resto de su vida. Tras el conflicto Lugosi se fue a Alemania, donde seguiría su carrera como actor apareciendo en la versión de F.W.Murnau del "Doctor Jeckyll y Mister Hyde". En 1921 el nazismo comenzaba a ser algo mas que un rumor, por lo que el actor volvió a hacer las maletas para volar directamente al país de las barras y estrellas . 
Antes de recalar en Hollywood, el vuelo de nuestro vampiro planeo sobre los escenarios de Broadway, donde en 1927 interpreto por primera vez al Conde Drácula. Cuando el director Tod Browning entro en pánico al  quedarse sin el actor Lon Chaney para su Drácula, el director se fijo en Béla Lugosi ya que la producción se iba a centrar más sobre el libreto teatral que sobre la novela de Bram Stoker. 

 

Tras el arrollador éxito de la película los estudios Universal pensaron en seguir la racha y se prepararon para Frankenstein, intentando convencer Béla Lugosi para el papel del monstruo, pero el actor decidió que el personaje y todo aquel maquillaje no eran dignos de una gran estrella como él.


A lo largo de la década de los 30 la carrera de Lugosi se mantuvo con bastante dignidad proporcionándole algunos éxitos como "El gato negro", "La isla de las almas perdidas", "La marca del vampiro" y varias cintas con Boris Karloff como "El poder invisible" o "El hijo de Frankenstein". Pero ya en los 40 Lugosi comenzó su particular descenso a los infiernos. Su adicción a la morfina que empezó ayudándole a combatir el dolor crónico de su maltrecha pierna iba convirtiéndose en una adicción más que en un alivio. Los papeles eran cada vez mas escasos y de peor calidad, hasta que, en los años 50 su vida dio el ultimo giro cuando coincidió con un joven director lleno de energía y fan de Béla Lugosi llamado Edward Wood Jr, y con más iniciativa que talento, logro realizar con el actor tres películas rematadamente malas pero con el dulce encanto de lo cutre que las convierten en unos clásicos de la serie B.

 

Su fin llegaría el 16 de Agosto de 1956. Olvidado por la industria que no por el publico, el actor fue enterrado, como él deseaba ser recordado, con su traje de Drácula.
Desde aquí esperamos que 
Béla Lugosi, este donde este, siga escuchando el dulce sonido de las criaturas de la noche.







25 de noviembre de 2016

El temible Burlón

"Jugando a ser pirata"                               


"El temible Burló" (The Crimson Pirate) 1952                                   
Director: Robert Siodmak                                                  
Reparto: Burt Lancaster, Eva Bartok, Nick Cravat, Torin Thatcher, James Hayter, Noel Purcell, Margot Grahame. Guión: RolandKibbee 
Fotografía: Otto Heller

"Acercaos, hombres y mujeres, acercaos. Quedáis invitados a bordo para presenciar el ultimo viaje del pirata rojo hace mucho tiempo en el mar Caribe. No lo olvidéis, es un barco pirata, en un mundo de piratas. No hagáis preguntas, creed solamente lo que veáis... No, ¡creed la mitad de lo que veáis!".

Así, hablando a la cámara, el capitán Vallo (Burt Lancaster), nos advierte sobre la dudosa veracidad de los hechos que presenciaremos, y nos invita a divertirnos sin pensar mucho en lo que vamos a ver. Ese comienzo establece el tono de la película, que sólo se interesa en entretenernos y en hacernos pasar un buen rato delante de la pantalla.

  
Esta estupenda muestra del cine de piratas que Burt Lancaster protagoniza y produce esta comedia de aventuras llena de heroicas hazañas y bufones sarcásticos. Engrandecida por la agilidad acrobática de los días de circo del actor, Lancaster encarna todo lo que requiere un pirata. Un bárbaro aventurero con una diversión contagiosa. La cinta es una muestra de diversión y espectáculo dirigida con un inusitado entusiasmo por el maestro Robert Siodmak. "El Temible Burlón", también muestra el tesoro de la encantadora Eva Bartok, el alegre Nick Cravat (amigo de la infancia de Lancaster y ex compañero del circo), y los magníficos emplazamientos de filmación. Burt Lancaster es el capitán de este barco y autentico motor de este alocado circo que nos ofrece esta divertida cinta de aventuras, humor y por supuesto amor y donde el bueno de Burt tendrá que rescatar a la chica ayudado por su inseparable amigo.


Así que,.. Levad anclas, fijad las jarcias, amarrad el cabestrante,.. ¡Moveos! haraganes. ¡Moveos! Y preparaos para contemplar una aventura a la antigua usanza. Una de aquellas de las disfrutábamos cuando éramos pequeños en esas tardes de sábado pegados al televisor.



22 de noviembre de 2016

Richard Tuschman

"interpretando a Hopper"


A principios de los ’90 del siglo pasado, Joel Meyerowitz y otros fotógrafos americanos, fervientes admiradores de la obra de Edward Hopper, se reunieron en Essen, Alemania para realizar una exposición colectiva en honor al gran pintor titulada: "El arte de lo real". Y de paso debatir y cotejar sus fotografías con los cuadros del artista con el objetivo de buscar diferencias y analogías de temas, composición y estética.

Todos los fotógrafos reunidos en el Museo Folkwang de Essen, coincidieron en afirmar que la gran diferencia era el carácter de la fotografía como hecho momentáneo y el de la pintura como un proceso. Así, de esa manera, el ojo de Hopper se convierte en su visión interna, en la esencia de las fotografías.


Algo de lo que se habló aquella vez en Essen, llegó a los oídos del fotógrafo Richard Tuschman quien, varios años después, realizó un especial trabajo fotográfico titulado justamente: "“Hopper Mediations.", una respuesta fotográfica personal a la obra del pintor estadounidense Edward Hopper. Tuschman ha admirado desde siempre la pintura de Hopper para hacer frente a los misterios y complejidades de la condición humana. En sus montajes fotográficos, Tuschman refleja la soledad de los personajes femeninos alienados de su entorno señalándolos con la luz natural y centrando el foco en ellas. Sobre el desarrollo técnico de la serie explica: -"Los sets son todos dioramas a tamaño "casa de muñecas" pintados a mano y fotografiados en mi estudio. Muchos de los muebles son tomados de casas de muñecas reales y otra parte los realicé por mi cuenta. Fotografié a las modelos posteriormente frente a un ciclorama sencillo, y finalmente realicé las composiciones en Photoshop. Este método me otorga gran control sobre cada elemento durante el proceso y puedo hacerlo todo desde mi estudio".- 

                  
 Sin quitar merito al excelente trabajo de Richard Tuschman, sigo prefiriendo cualquiera de los muchos cuadros de Edward Hopper, pero eso no quita que lo que hace este artista me haya impresionado y dejado con una sensación muy agradable pues creo que es capaz de recrear los ambientes de Hopper pero dándoles un aire y un toque personal que hace que sus fotografías sean un perfecto homenaje ese genio llamado Edward Hopper.






20 de noviembre de 2016

Rita Hayworth


"la soledad rota de una estrella"     (1918-1987)


Hollywood hizo de ella una diosa terrenal, y ella con el paso de los años, se convirtió en una buena actriz. Su cuerpo esbelto, sinuoso y sugerente, encandiló a miles de hombres que admiraban su belleza, contemplando estupefactos que la perfección existía. Fue la más deseada, pero también la más infeliz de las estrellas del Hollywood dorado. Odiaba ser actriz y aunque se casó cinco veces, jamás se sintió querida.

En su ocaso, lo había olvidado todo. Quién había sido, a quiénes había seducido, cómo conquistó Hollywood, de quién se enamoró y quién le hizo sufrir. Se le olvidó que estuvo casada cinco veces. Y que protagonizó quitándose un solo guante, probablemente, la escena más sensual de la historia del cine.

Margarita Carmen Cansino Hayworth nació en Brooklyn en 1918, su padre era el bailarín español Eduardo Cansino Reina y su madre Volga Hayworth, una bailarina de origen irlandés. Pronto su padre se convirtió en su pesadilla. Eduardo siempre quiso que su hija fuera bailarina. -"Desde que pude mantenerme en pie con tres años, recibí clases de baile. No me gustaba, pero no tenía el valor de decírselo a mi padre. Ensayar, ensayar y ensayar. Así fue mi infancia"-, explicó Hayworth. Con la Gran Depresión golpeándoles, el padre y Rita forman un dúo de baile, actuaban en Tijuana, pues Margarita era demasiado joven para hacerlo en los clubes de Los Ángeles. Todo el mundo les tomaba por un matrimonio porque le había prohibido llamarle papá en público y, con apenas 12 años, le obligaba a vestirse y a maquillarse como una mujer. Aquello solo era la perversa escenificación de una realidad mucho más siniestra, pues la actriz sufrió abusos sexuales por parte de su padre durante años.



En uno de aquellos clubes nocturnos, Winfield Sheehan, mandamás de Fox, la descubrió, le hizo una prueba y le cambió el nombre por primera vez. Rita Cansino debutó bailando sensualmente en "El infierno de Dante" (1935) con 16 años. Tras rodar un puñado de cintas menores, Darryl Zanuck, rescindió su contrato después de que Rita se negara a acostarse con él. 


Fue entonces cuando Edward Judson, un magnate petrolero con contactos en Hollywood, entró en su vida para pasearla por las fiestas, mientras pagaba a los fotógrafos para que la inmortalizaran en las revistas y obrar la metamorfosis de la estrella. Bajo su protección, Rita volvió a cambiarse el nombre, adoptando el apellido materno. Cuando la actriz cumplió 18 años se casaron en Las Vegas. El enlace enfureció a su padre. Como él, Judson, solo veía a Rita como "una inversión", tal y como reconocería años más tarde. Aunque le consiguió un contrato con Columbia, la actriz tuvo que aguantar sus amenazas y que ofreciera su cuerpo y sus encantos a cualquier hombre dispuesto a promocionarla. -"Él me ayudó con mi carrera y se ayudó a sí mismo con mi dinero"-, dijo Hayworth, a quien Judson obligó a cederle la mayoría de sus propiedades dejándola en la ruina tras su divorcio en 1942. Para cuando se libró de él, otro hombre mezquino había entrado ya en su vida. Era Harry Cohn, jefe de Columbia, que se había obsesionado con ella después de verla en "Solo los ángeles tienen alas" (1939). Él la acosaba, ella le rehuía y él se vengaba con saña humillándola en público, instalando micrófonos en su camerino para espiarla o peleándose por su salario. Pero, con un contrato exclusivo en su poder, Cohn era el dueño de su cuerpo y alma.

    
Profundamente desdichada, pero ya convertida en una estrella gracias a cintas como "Sangre y arena" (1941) o "Las modelos" (1944), las cartas de sus admiradores llegaban por centenares y pronto se convirtió en la pareja de baile de estrellas como Fred Astaire o Gene Kelly. Orson Welles se enamoró de ella antes de conocerla en persona. Su foto, en la portada de la revista "Life", fue suficiente para que el director, que entonces estaba rodando una película en Brasil, jurara que se casaría con ella a su vuelta a EE.UU. Así fue. Vestida con un traje beis, una blusa blanca y un velo, la actriz y el director se casaron en 1943, pero el amor apenas duro cinco años. Welles renegaba de sus obligaciones como padre y le era infiel. Dos años antes, su minimalista "striptease" de un solo guante en "Gilda" la había convertido en la mujer más deseada del planeta.


-"Los hombres se van a dormir con Gilda y se despiertan conmigo"-, dijo en una frase para la posteridad que dejaba claro el abismo entre la sex symbol y la chica tímida y con complejos que se escondía bajo los trajes de lentejuelas. Estaba cansada de Hollywood, de ser actriz y de complacer a todos menos a sí misma. Quizá por eso, se dejó seducir por el príncipe "playboy" Aly Khan. Pero el espejismo duró poco y el matrimonio, unos cuatro años. Su tercer divorcio la sumió en una espiral destructiva alimentada por el alcohol y dos relaciones tóxicas más.

     
En 1961, divorciada por quinta vez, su incipiente enfermedad empezó a manifestarse. Aunque siguió actuando, cada vez tenía más problemas para recordar sus diálogos y, en una ocasión, fue incapaz de reconocer a su ex marido, Orson Welles, cuando este se acercó a saludarla. Había empezado su ocaso. Alcoholizada, envejecida y triste, una foto suya después de protagonizar un incidente en un avión en el aeropuerto de Heathrow, en Londres, convirtió su tragedia personal en carnaza para la prensa sensacionalista. Ya no quedaba nada de Gilda ni de Rita Hayworth. Ni si quiera de Margarita Cansino. Su declive duraría otros 10 años. "Lo único que he querido siempre es lo mismo que quiere todo el mundo: ser amada". Fue la diosa del amor, pero nunca se sintió querida.

Siempre recordaremos a la hermosa "Gilda"; aquella que un día enamoró a millones de personas, aquella que al final lograba ser querida por su hombre, aquella que tras muchos avatares conseguía ser feliz, aquella mujer que ya no recordaba a "Gilda" y a la que nosotros siempre recordaremos, porque para todos nosotros siempre sera Gilda, o lo que es lo mismo Margarita Carmen Cansino Hayworth.



   

18 de noviembre de 2016

El abrazo de la muerte

Criss Cross, (1949)                                     


Director: Robert Siodmak                                                             
Reparto: Burt Lancaster, Yvonne De Carlo, Dan Duryea, Stephen McNally, Tom Pedi, Percy Helton, Alan Napier, Griff Barnett, Meg Randall, Richard Long                                 
Guión: Daniel Fuchs                                                      
Fotografía:  Franz Planer            

Tres años después de la sublime y fatalista "Forajidos", Robert Siodmak nos vuelve a presentar una película donde la corruptible y retorcida condición humana lleva irremediablemente a la fatalidad. Como buen modelo del cine negro "El abrazo de la muerte" no falta la típica figura del pardillo que se ve seducido por la mujer fatal, ni por supuesto, los recursos inherentes al género como la voz en off, la atmósfera sombría y el flashback que ya utilizo el mismo director en su obra maestra "Forajidos". Todo esto trufado además, con intensas dosis de fatalismo romántico.




Steve (Burt Lancaster) es un hombre honrado que trabaja de conductor de un furgón blindado, es arrastrado al sórdido mundo de la corrupción y el crimen por un antiguo amor Anna (Yvonne De Carlo) y novia del gánster Slim Dundee (Dan Duryea) que pretende robar el dinero del furgón.


Siodmak no esconde sus influencias del cine expresionista alemán y ayudado por el excelente trabajo del operador Franz Planer cuyas luces y sombras quedan perfectas en esta película, sobre todo en su parte final. Una parte final que probablemente sea lo mejor de la cinta. Siodmak se luce como nunca en una conclusión en la que se dan la mano todos los elementos característicos del género. El tétrico y melancólico final une a los amantes eternamente y en otra vida, mientras que las sirenas en off de la policía muestran cómo el gánster Slim será detenido....Y es que el crimen nunca se sale con la suya, y el amor prohibido se paga caro.