4 de febrero de 2018

Chuck Kimmerle


La majestuosidad de los espacios vacíos

Qué es la belleza? Un cuestionamiento que la filosofía ha realizado en distintas ocasiones, pero que termina siendo objeto de discusiones interminables. Y es porque la belleza es un término tan subjetivo como el amor, la felicidad o la eternidad. Son esos los términos que siempre han cuestionado al hombre y que han sido la razón de existir para algunos.

Los fotógrafos han buscado la belleza en incontables ocasiones, algunos más que otros. Y es porque la belleza es un término tan subjetivo como el amor, la felicidad o la eternidad. Ellos buscan mostrar en una imagen momentos o estados que puedan impactar al espectador. Términos como luz, inmensidad y profundidad hacen de la fotografía paisajista un perfecto vehículo para buscar y mostrar la belleza de este hermoso planeta llamado tierra.

         

Chuck Kimmerle es uno de esos fotógrafos que se empeñan en buscar la eterna perfección de la naturaleza. A pesar de haber sido fotógrafo durante más de 25 años, primero como fotoperiodista y luego como fotógrafo universitario, Chuck Kimmerle no descubrió su conexión con el paisaje hasta hace ocho años. Desde entonces, esa conexión se ha convertido en una pasión, y esa pasión se ha convertido en su vida.


Chuck Kimmerle supo que iba a ser fotógrafo cuando le regalaron su primera cámara, una Canon Canonet QL17 GIII, que aún guarda, como regalo de graduación. Todo el proceso de la fotografía le hipnotizó, pero su ingreso en la infantería del ejército de los Estados Unidos, puso ese sueño en un segundo plano durante algunos años. Después de dejar el ejército se inscribió en el programa de Tecnología de Ingeniería Fotográfica en la St. Cloud State University, lo que le proporcionó una sólida formación en la ciencia fotográfica, química, procesos y sensitometría. Al mismo tiempo, comenzó a trabajar en el periódico de la escuela, y posteriormente en el St. Cloud Times, otros periódicos en Pennsylvania y, finalmente, Dakota del Norte.


Claramente influenciado por los grandes paisajistas como Ansel Adams (por supuesto), Robert Adams, Steve Szabo, Michael Kenna y sobre todo por Edward Weston. Sus imágenes son a menudo directas, formales y equilibradas. Donde otros ven la tristeza, la soledad y la decadencia, el ve la historia y la belleza envejecida. Sus amplios paisajes desolados son fascinantes por mostrarnos la insignificancia e impotencia del hombre frente a los elementos y la tierra.


Los temas que trata este fotógrafo estadounidense afincado en Casper, Wyoming son amplios: la inmensa soledad de la naturaleza, los paisajes modificados por el hombre, sus estructuras, etc... Son trabajos exclusivamente en blanco y negro, para darle más fuerza a las formas y a las texturas que al color, consiguiendo unas magnificas obras de arte de una belleza espectacular. Simetría y poesía se conjugan en algunas de sus fotos monocromáticas más bellas. Los paisajes de Kimmerle parecen salidos de un sueño.

















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