Sueños de realidad
A veces podemos pensar que en el panorama del arte actual únicamente aparecen obras de carácter abstracto, con técnicas muy novedosas y donde la tecnología cumple un papel protagonista. Sin embargo no siempre es así. Y una buena muestra podrían ser las creaciones artísticas del pintor ruso Serge Marshennikov que se caracterizan por la fidelidad de sus pinturas hacia la realidad, las cuales, a menudo, pretenden mezclarse y confundirse con la fotografía.
Serge Marshennikov nació con un don excepcional para el dibujo y la pintura. Un don que empezó a desarrollar desde muy temprana edad, y que se consolidó gracias a las clases particulares que tomó en la infancia, y que fueron promovidas por su madre, quien tuvo la gran sensibilidad de darse cuenta de que su hijo era un superdotado en la materia. Después de recibir una serie de premios por sus acuarelas y pinturas al pastel, Serge decidió dedicarse profesionalmente a la pintura.
Los premios no tardaron en llegar y tampoco sus primeras exposiciones, así hasta el día de hoy en el que su obra es tremendamente cotizada. Y todo ello basado en una temática bastante convencional, la belleza femenina con toda su sensualidad. Pero lo que nos llama la atención que son mujeres libres, sin ataduras. Que no las limita la piel. Dejando al descubierto sus atributos, con sus largos cabellos que nos hablan de sensualidad, de juventud, de lujuria. Marshennikov las coloca en la más cómoda de las posturas, dejando a la vista su corporeidad y su perfecta anatomía.
Su pasión por la belleza femenina es el centro de su detallista obra, que explora el erotismo y la sensualidad de la mujer contemporánea, con una mirada profundamente clásica. Delicados retratos al óleo de chicas que posan absortas en sus mundos, con una luz tan espectacular que consigue situarlos en una especie de limbo entre lo real y lo onírico. Los delicados retratos al óleo del artista Serge Marshennikov honran la belleza de la forma femenina. Para ello, los cuerpos de estas mujeres se caracterizan por la luz clara que emana, una luz que se contrapone con los fondos poco definidos u oscuros que dan un mayor protagonismo a la mujer.
El trato que le da el artista no sólo a sus figuras, sino a sus telas, a las sábanas que acarician los cuerpos, a las delicadas prendas que estas visten, nos hace dudar. Nos obliga a detenernos y comprobar si no se trata de una fotografía por el realismo con el que está ejecutado el trazo. Son mujeres en la edad de la inocencia, mujeres que nos invitan decididamente al espectador a quedarse prendados de ellas un buen rato.
LAS MUJERES HERMOSAS SIEMPRE HAN SIDO, SON Y SERÁN HIPERREALISTAS
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